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La chía baja el colesterol malo y sube el bueno

La chía es una planta cuyas semillas contienen altísimas dosis de ácidos grasos Omega-3, esenciales para cuidar la salud cardiovascular y bajar los niveles de colesterol. Aunque no se trata de un alimento tan conocido en la actualidad, lo cierto es que hace 500 años formaba parte de la dieta de los pueblos precolombinos. Lee la nota.

 

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La Chía es la mayor fuente natural de Omega-3, cuyo efecto más importante es que disminuye el nivel de triglicéridos, aumenta moderadamente la concentración sanguínea del colesterol bueno (HDL) y disminuye el malo (LDL). Al evitar la formación de coágulos y placas en las arterias, previene enfermedades cardiovasculares.

Su alto contenido de antioxidantes hace que no se oxiden las grasas alimenticias. Esta característica brinda protección, tanto al organismo como a los alimentos, que pueden conservarse por más tiempo.
Es rica en fibras, ideal para el correcto funcionamiento del intestino.
No tiene gluten, lo que la hace apta para celíacos.
Tiene proteínas de alta calidad nutricional, más que los cereales tradicionales.
Aporta una buena cantidad de vitaminas del grupo B, además de minerales como calcio, magnesio, fósforo, zinc, potasio y otros.

Cómo utilizarla

Las Semillas: Remoje durante 30 minutos una parte de semillas con 9 partes de agua hervida, fría o mineral (el exceso de cloro puede destruir sus propiedades). Se forma una gelatina que puede agregarse a todo tipo de preparaciones, tanto dulces como saladas: jugos de frutas, yogures, tortas, tartas, sopas, aderezos para ensaladas, etc. Lo que no utilice de esta gelatina se puede conservar varios días en la heladera, sin perder propiedades.

Harina: Se debe incorporar a cualquier preparación que se haga con harina: tartas, fideos, galletitas, panes, etc. Con 3 ó 4 cucharadas por kilo de harina panificable es suficiente.

Aceite: Al ser de primera presión, en frío, es todavía más concentrado en Omega-3 que las semillas. En cualquiera de las anteriores preparaciones alcanza con agregar una cucharadita de té.

Prevención y tratamiento de enfermedades

Mucho se habla de los ácidos grasos Omega-3 y 6, y de sus beneficios en el organismo. Pero realmente, ¿de qué trastornos nos protegen?, ¿Con qué frecuencia debemos consumirlos? El aceite Omega-3 es un ácido graso poliinsaturado esencial. Es esencial porque el organismo no puede sintetizarlo, y debe incorporarlo con la alimentación o con suplementos.

El ácido graso Omega-3 es un componente indispensable de la pared de todas las células del organismo, participa en los procesos de regulación de los triglicéridos y el colesterol, y su déficit ocasiona enfermedades.

Existen dos fuentes de aceite Omega-3 en la naturaleza: las de origen animal, como el aceite de pescado, y las vegetales, que incluyen las algas marinas, el lino y las semillas de chía. Las semillas de chía contienen alrededor de un 30% de aceite, del cual más del 60% es Omega-3.

Hipertensión, reumatismo, pérdida de visión, desórdenes de atención, eczemas, caída del cabello, piel seca, son sólo algunas de las enfermedades relacionadas con la carencia o insuficiencia de ácidos grasos esenciales.

Las semillas de chía (Salvia hispánica) son la fuente vegetal más eficiente de ácidos grasos omega-3.