"Si mirás para atrás, ¿cuáles fueron los momentos más oscuros tuyos?", le preguntó Gastón Pauls. “La niñez”, respondió Cristian U. "¿Por qué?, repreguntó el conductor. “Y, porque yo en la niñez pasé por todas las adicciones, drogas, robos, ludopatía, pasé por todas”. Dice la niñez y en rigor se refiere a la adolescencia y la juventud. De hecho la ludopatía, que es la adicción al juego, la padeció cuando era mayor de edad. "A los 18 pude entrar un casino y hasta los 22, 23 años fue una tortura", dice el ex hermanito, quien actualmente se desenvuelve como panelista en el programa “Gran hermano: La noche de los ex”, en una entrevista para el programa Seres Libres que emite Crónica TV.
"Quedé en la calle sin comida. En la calle no, pero tenía una casa que alquilaba y había vendido todos los muebles porque no podía parar jugar, el televisor.... Tenía un auto, era esa época que la gente traía cosas de Paraguay y costaban, no sé tres veces más barato. Le había puesto llantas, estéreo, sonidos. Era una Renault Fuego, año 91 o 92, no sabés cómo la había dejado. La armé una mañana y a la noche estaba desarmada en la cochera del bingo. Con un amigo la desarmé y vendí todo a mitad de precio", revela. A la hora de describir como funciona la mente de un ludópata es contundente: "Es la adrenalina de la bola que va girando y decís 'entra el 0, en el 32' y se te va al lado y decís 'me la está por tirar en la próxima. Esa es una, la otra es todo lo que padecí, las ganas de querer ponerle 10 mil dólares al 32 y que salga y decir, 'bueno me acomodé los huesos del cuerpo'.
Las carencias económicas también jugaron un papel decisivo en la adicción al juego que sufría Cristian U. Se tratata de buscar desesperadamente un salto económico por una vía expeditiva. Y complacer a una mujer también formaba parte de este círculo vicioso. "En su momento me puse en pareja con una persona con la que estuve muchísimos años y era casada. Y estaba casada con alguien de mucho dinero y yo era un rasca, un paseador de perros de la Boca, no tenía un mango, un atorrante que vivía el día a día, quilombero. Yo tenía un Renualt 9 y la piba acostumbrada a andar en un BMW, camioneta, me daba como vergüenza. ¿Qué hice? Se lo vendí a un policía, un pibe amigo de la infancia de la Boca. El auto valía 10 mil pesos que en esa época eran 10 mil dólares. Se lo vendí en seis, me lo compró al instante. Esas seis lucas las agarré, me fui al casino y la tiré en una bola Colorado Mayor. ¿Dónde me entra? En el Negro, el 2, al lado. Vos, decís '¿pero por qué hiciste eso? Porque la idea era con mil mil dólares, agarrar uno de esos y transformarlo en 36. Esa era la idea, transformarlo en 36 y comprar un 206 que era el autito en ese momento y pasar a buscar a la chica en el 206 y llevarmela Mar de Plata."
Jugarse a todo o nada en una bola. Encima para darle a una mujer lo que esa mujer ya tenía con su marido y claramente no era lo que le importaba. Nada que montado en ese vértigo Cristian podía razonar. Por suerte, encontrró algúnn límite con las drogas y le escapó a la cocaína. "Otras cosas si, marihuana, he tomado éxtasis pero nunca pasó por por la merca. Siempre le tuve como miedo".
Los recuerdos afloran en el desordenado relato del ex Gran hermano y aparece el nombre de su padre que falleció hace un par de meses. "Tuve un papá formidable, electricista, un laburante sin un mango, pero formidable de acá" -se señala la sien- "y de acá" -se señala el corazón. "Yo tenía 12 años y mi viejo se enteró que yo con una gente más grande andaba haciendo maldades", dice y después revisa el eufemismo y admite que iban a robar y él llevaba las armas. "Me usaban como el pichón, si toal a mi me agarraban no pasaba nada. Era Pepito el pistolero, no sabiendo que me iban a meter dos cachetazos en cualquier momento y me iban a dejar llorando en el piso".
El padre no tardaría en enterarse de las andanzas de su hijo y su reacción fue una gran enseñanza para Cristian. "Mi viejo laburaba desde las 5 de la mañana hasta la noche, y me hizo lo más sagrado y lo más potente que te puede hacer un padre que no fue cagarme a palos. Me dice 'che, así que te convertiste en mafioso´. Me contaron que andás con una gente de San Telmo, que andás amenazando a la gente, que entrás a negocios a hacerte el malo'. Era todo real. Me quedé blanco. Dije ya está, me explota la cara. Me quedé así duro y me dice, ´no te voy a hacer nada, lo único que sí te voy a decir es, mirá', y me mostró todas las manos lastimada. Me dice ´todo esto me lo hice para que a vos no te falte el colegio, la bici que te regalé la vez pasada, que la saqué en 50 cuotas, que no te falte la comida y lo único que hacés, es cagarte en estas manos. Si llegás a caer preso, papá no te va a ir a buscar, te vas a quedar ahí. Porque me da vergüenza entrar a la comisaría, yo entro a la comisaría 24 y me saludan todo porque les arreglo el aire acondicionado, la electricidad, me quieren todos. Yo traté de darte lo mejor y lo único que estás haciendo es ensuciar tu vida y la mía. Así que de acá para adelante, si quuerés ser un hombre honrado como yo, papá te sigue bancando, si no andá tranquilo".