“No hay nada más bello que el fútbol”. Luis Ventura ni siquiera esperó a que se terminara de formular la pregunta que lo invitaba a elegir entre qué le resulta más placentero a esta altura de su vida, si estar al borde de un campo de juego dando indicaciones a su equipo o en un estudio de televisión conduciendo un programa.
Faltan dos horas para que comience una emisión más de A la tarde, el programa que conduce Karina Mazzocco, en el que es integrante destacado. Sentado a una mesa exterior de un bar, a metros de la puerta de América TV, Luis está vestido con ropa deportiva de Victoriano Arenas, club del que es director técnico hace ocho años. “Ahora que se fue Gallardo de River, soy el técnico más longevo en un club en la Argentina. Y en el mundo debo estar quinto”, comenta con una sonrisa.
En esta entrevista no va a hablar de Wanda Nara y Mauro Icardi, ni de Gran hermano, ni sobre el paradero de la madre de Luis Miguel. Se viene el Mundial y Ventura, antes incluso que periodista, es un hombre del fútbol. Porque respira fútbol desde que nació. Y si de infancia se trata, siempre hay un recuerdo de la primera pelota. “La mía es en la bañadera, flotando entre otros juguetes, una pelota pulpo. En San Pablo, Brasil. Yo nací ahí".
El padre de Luis trabajaba en el prestigioso Folha de Sao Paulo y cuando su hijo tenía apenas semanas de vida ya solía llevarlo al diario. Una tarde apareció para una entrevista una joven promesa del fútbol brasileño de apenas 16 años. Mientras recorría la redacción, en medio del incesante repiqueteo de las Remington, el morenito fibroso se enterneció con el pequeño Ventura, lo alzó y se sacó una foto con él, acaso dándole una involuntaria bendición futbolística al tenerlo a upa. Ese adolescente se llamaba Edson Arantes do Nascimento, un año después sería campeón del mundo en Suecia con la Selección de Brasil y la historia lo consagraría por su apodo: Pelé.
Cuando Ventura tenia dos años, la familia regresó a la Argentina. "Mi papá era el undécimo hijo de mi abuela Encarnación, que era viuda. Mi viejo y mi tío estaban metidos en el periodismo, después de sus pasos por distintos equipos de fútbol, tenían un programa de televisión, programa de radio, una revista propia y les iba muy bien. Pero mi abuela se enfermó muy mal, empezó a agonizar y empezó a pedir por ellos. Entonces los dos, que tenían su familia y estaban casados, terminaron malvendiendo todo y se vinieron para la Argentina allá por fines del año 58. Acá, al principio, estaban desocupados. Hasta que Héctor Ricardo García en el año 63 los viene a buscar para fundar un diario que se llamó Crónica. Ellos también son fundadores del diario", afirma.
Decíamos que su padre lo llevaba a las redacciones y le transmitió la pasión por el periodismo. Pero antes le legó otro amor profundo mientras cumplía con esa fantasía de todo padre futbolero con un hijo varón. “Me acuerdo que me llevaba a patear la pelota al Parque Lezama,” cuenta. Las habilidades del niño Ventura no tardarían en llevarlo, con apenas 7 u 8 años, a jugar en Lanús. Infantiles, divisiones inferiores y el camino hasta primera división. “Jugaba de 5, y era bueno. Pero mi familia no quería que jugara y en Lanús tampoco terminaron portándose bien conmigo. Yo fui capitán en todas las categorías. Vino Temperley a buscarme y le pidieron 50 millones de pesos de aquella época. Yo tenía edad de cuarta, me hubieran dejado ir, si tenía cinco jugadores arriba mío en mi posición. Estaba Lodico que fue un fenómeno y jugó 12 años de titular absoluto, el Gallego Suárez que volvió del Zaragoza, el Negro Díaz que era otro fenómeno, Escobar, un 5 aguerrido. Yo miraba para arriba y decía ‘no voy a llegar nunca’. Pero tenía temperamento, era líder absoluto, siendo un pendejo con edad de sexta división ya me subieron a primera porque tenía físico grande,” recuerda con orgullo. Pero más allá de responsabilidades ajenas, Ventura admite que no tenía puestas todas las fichas en el fútbol. “Yo entrenaba como un loco, pero no dejaba de ser un estudiante universitario que iba a hacer deporte”.
para Lanús, año 1977
La vida lo llevó por otros rumbos, ciertamente exitosos. Pero si alguna asignatura le había quedado pendiente por su carrera de futbolista frustrada, convertirse en entrenador iba a ser una compensación y el placer de recobrar esas sensaciones incomparables del fútbol: el aroma del césped cuando se sale una mañana a la cancha a entrenar, la mística del vestuario, la adrenalina del partido, la ilusión de ganar. Luis dirigió en El Porvenir, Claypole y ahora lleva ocho años en Victoriano Arenas con el que logró el ascenso a Primera C en 2018.
Ser DT de un equipo implica entrenamientos diarios, armar los planteos del partido, analizar videos del rival, obviamente dirigir los partidos. ¿De qué se ocupa Ventura si tiene mil trabajos en radio, tv y medios escritos?… “Hago todo eso y nada”, resume. “Voy a uno o dos entrenamientos, al de la práctica de fútbol semanal y tomo las decisiones con mi cuerpo técnico. Yo al entrenador que me acompaña lo elijo minuciosamente porque viene a ser mi presencia, mis ojos y mis oídos cuando yo no puedo estar en los entrenamientos. Por eso más que dupla técnica lo llamo 'matrimonio tecnico”, explica y enumera a las 'parejas´ que lo acompañaron: Sergio Geldstein -con quien ganó el ascenso y jugó Copa Argentina pero se terminó yendo a Deportivo Armenio-, después Emanuel Ibañez, más tarde Sebastián Murúa y actualmente Federico Condino. "Los que se fueron, lo hicieron llamados por equipos de categorías superiores, quiere decir que mis elecciones fueron buenas", destaca.
Victoriano Arenas: Luis Ventura, Federico Condino; Lucas Sayas preparador físico y ayudante de campo (integrante del CT del campeón 2018), y Matías Robledo como entrenador de arqueros.
Las actividades periodísticas que le ocupan su tiempo y lo alejan de una participación más activa en el fútbol son muchas. “Hago dos programas de radio diarios, escribo para cuatro páginas de internet, tengo un programa como Secretos verdaderos que está instalado hace más de 20 años y tiene de las pautas más vendidas del canal, me están ofreciendo hacer un programa de dos horas de 22 a 24 con Belén Ludueña, escribo en Crónica, respondo a todo un andamiaje comercial de la productora en la que yo participo, soy presidente de Aptra. Eso te va dejando pocos tiempos. Además con tres hijos de distintas edades, cada uno con sus enojos y sus reclamos de acuerdo a la edad que tienen. Participo del cuerpo técnico desde el lugar donde estoy. No hay nada más fácil que poner los 11 que van a entrar a la cancha. Ves un poco la semana, la práctica de fútbol de entresemana, la reacción de cada uno…Para el tema de los vídeos tengo contratada una empresa periodística que me hace un análisis inteligente del rival que se viene", explica. Luis es padre de Nahuel y Facundo con Estelita Muñoz, y de Antonio con Fabiana Liuzzi.
Si alguno pone en duda si su participación part time como entrenador funciona, ahí están los hechos para confirmarlo. "Hemos logrado que Victoriano esté cinco años en la C, pero no me conformo con mantener la categoría. Ahora quiero empezar a jugar mirando para arriba. No sé si los directivos tienen la visión y la espalda para aguantar la que se viene. Si vos ascendés otra categoría más, te van a pedir un estadio mucho más armado, a exigir determinado tipo de presupuesto, determinado tipo de jugadores, de vestuarios y todo eso no es moco de pavo”, dice, desafiante.
Dirigir en las categorías más bajas del ascenso es gestionar un vestuario con futbolistas que en su mayoría trabajan de otra cosa. “Hay de todo -dice Luis-, electricistas, peluqueros, incluso están con la maquinita y se cortan el pelo entre ellos, hay preparadores físicos ya recibidos, albañiles, tipos que a la noche cuidan una fábrica...”.
Nada de dirigir futbolista consagrados ni millonarios. En un club como Victoriano Arenas hay que trabajar con jóvenes que sufren las presiones que implica el deporte sumadas a las dificultades económicas de un país con sueldos que muchas veces no alcanzan a cubrir la canasta básica. “Tenés que hacer acción social todo el tiempo. Trato de llevarlos a alguna función de teatro, a que aprendan oficios, si tienen estudios que puedan desarrollarlos. No sé si futbolísticamente caminamos por la misma vereda pero trato de mirar la figura de un Carlos Griguol”, explica, ponderando al querido Timoteo, famoso por la docencia que ejercía con sus consejos no solo para formar futbolistas sino además personas de bien. “Con los primeros sueldos de los pibes que llegan a la primera, no les dejaba tocar la guita para comprar autos, sino para comprar ladrillos. Le aseguraba la vivienda. Esas cosas trato de hacerlas. No puedo regalar departamentos pero construyo todo el tiempo”, afirma.
Cuando empezó a dirigir muchos jóvenes que desconocían su pasado como futbolista podrían haber prejuzgado a ese hombre más famoso por anunciar una separación de Marcelo Tinelli que por parar un equipo en la cancha. Ventura no se hace cargo de ese prejuicio que en todo caso se formó por la ignorancia ajena. “Tal vez alguno no lo sepa, pero jugué al fútbol desde que tengo uso de razón. Mi nombre en Lanús tiene una presencia en el fútbol, llegué a primera, me llamó el Toto Lorenzo en el año 79 en plena Copa Libertadores para incorporarme. Boca estaba mirando muchos jugadores del ascenso entre ellos Pavón, Bernabiti, Dangelo, Bordón... En el 78 yo jugaba en Victoriano Arenas y era entre la primera o la segunda firma de Crónica y Revista Goles. Generalmente me tocaba cubrir Boca, River, San Lorenzo, Racing. Cuando empieza el Mundial, dejo el fútbol y me voy a cubrir el Mundial a Mar del Plata con el gran Osvaldo Ardizzone. En el medio de ese campeonato, en La Candela, se organizó un asado y un partido para los periodistas deportivos que cubrían el Mundial, incluso habia exfutbolistas holandeses que trabajaban de periodistas, estaba el Negro Cubilla por Uruguay. A mi me ponen para el equipo de los periodistas argentinos y ese día la rompí. Estaba el Toto Lorenzo mirando. Unas semanas después, fui a cubrir un entrenamiento a La Candela, y el Toto me dice ´¿no te gustaria jugar en Boca?' . Me dijo que me había visto físicamente bien y con un entrenamiento rápído podía estar a tiro. Pero yo ya estaba de novio, por casarme con mi primera mujer y le dije que no. También integré seleccionados juveniles de Menotti del ascenso. No soy un caído del catre. Y me ne frega lo que puedan decir. En las canchas me gritan cualquier cosa y yo los provoco. Salgo con remeras rosa, pantalones ajustados, es ponerle un poco de folklore a lo que es el fútbo. Yo me di el lujo de inscribir a Diego Junior Maradona en El Porvenir. Al novio de Ricardo Fort también. La Brujita Verón nos mandó 50 pares de botines cuando nos robaron la utilería. Todas esas cosas del mundo del espectáculo yo las uso a favor del club. Incluso me ligué un viaje a Wembley donde todos los demás eran dirigentes de AFA y me di el lujo de viajar en avión con Juan Román Riquelme sentado al lado.”
HABLEMOS DEL MUNDIAL
-¿Estás conforme con la lista de Scaloni o pensás que faltó alguien?
-Para mi Argentina está muy bien armada. A mi siempre me gustó Scaloni, y lo dije cuando lo hacían pelota. Es un pibe que tenía a favor suyo conocer toda la juventud que venía de abajo y conocía a los "invisibles". Es muy fácil, teóricamente, armar un equipo con jugadores consagrados, con vedettismos y vanidades que muchas veces te juegan en contra. Yo creo que no hay que tener un equipo de todas figuras, tenés que tener cuatro o cinco que asistan y complementen a esas figuras.
-¿La ves candidata a la selección?
-Para mi si. Me gusto mucho cuando le ganó a Italia, más allá de que no va al Mundial. Con mucha autoridad, con mucha presencia, muchas llegadas, buen funcionamiento, tiene jugadores para hacer todas las combinaciones.
-¿Qué otros candidatos ves?
-Brasil. Ojo que la semifinal puede ser una final, Creo que le van a dar a selecciones africanas y asiáticas la posibilidad de arrimar porque por algo se hace ahi este mundial. Y Alemania siempre es candidato.
-¿Francia no?
-No.
-Ni aunque tenga a Mbappe, Benzema…
-Fuera de Francia no tiene historia finalista.
-El último Mundial lo ganó en Rusia.
-Si, pero no tiene tradición. Los veo muy liricos. Los campeones son los que tienen dientes apretados. Juegan pero tambien muerden.
-¿Cómo lo ves a Messi? ¿Pensás que este es el mejor Messi como dicen algunos o es el mejor en la Selección porque juega más liberado después de ganar la Copa América?
-Messi perdió definición propia. Antes los partidos te los ganaba y te los perdía él. Él equipo era él. Hoy Messi se hizo más jugador, no juega tanto él sino que hace jugar más al equipo. Porque si vos te morfás la pelota para vos, cométela, pero hacéme tres goles. Y hoy no sé si Messi está para hacer tres goles pero puede hacer que los hagan los demás. porque absorbe marcas, descomprime a los costados y es ahi donde se generan los espacios.
-Se retrasó en la cancha también con respecto a otras épocas.
-No solo se retrasó sino me da la impresión de que juega otra velocidad, mucho más lenta mucho más displicente, pero cuando el tipo tiene esos 30 segundos, te desequilibra.
-Entonces para vos llega en un muy buen momento al Mundial pese a sus 35 años.
-Llega muy bien. Pero no me creo lo de esa arenga de la Copá América, eso no es propio, es quererlo comparar y llevar el estandarte de Maradona. Me parece que es torturarlo de una manera injusta. Dejálo que sea Messi. Si es Messi, no es Maradona. Además tienen juegos completamente diferentes. Incluso liderazgos distintos. El liderazgo de Messi es futbolístico no es espiritual.
-Bueno pero cuando Mascherano dejó la Selección tal vez Messi sintió que tenia que asumir ese liderazgo.
-¿Pero si no te gusta ser líder por qué obligarlo?
-Por ahí se obligó él mismo en un plantel en el que salvo Otamendi y después Di Marca eran casi todos nuevos y muy jóvenes.
-El medio hizo que cambie. Hay que ver si eso lo hace feliz, yo no creo. Como eso de que no cantaba el himno. Que me importa eso. Que venga Patricia Sosa a cantar el himno. Esas son las pelotudeces que inventa gente que no pasó ni a 10 cuadras de una cancha.
-Uno de los jugadores que se consolidaron con Scaloni es Rodrigo De Paul. Pero desde la Copa América para acá, bajó un poco su rendimiento en su club, el Atlético de Madrid, tuvo conflictos con su Dt, el Cholo Simeone. ¿Pensás que su separación, el romance con Tini, pudieron desenfocarlo un poco?
-A un jugador como De Paul no puedo ir a ponerle una niñera. Mirá, no te voy a decir ni el club ni el jugador, pero una vez llegué al club y adentro del coche de ese futbolista estaba Charlotte Caniggia. Lo agarré y le dije, “seguí saliendo con la mina pero no me la traigas más al club”. Así de simple.
-Entonces ves a Argentina como un buen equipo y como un candidato.
-Tenemos un gran equipo. Y creo que tenemos más equipo que jugadores. Y una columna vertebral muy buena. Un gran arquero, una defensa férrea y que te da posibilidad de jugar de manera dinámica, porque te permite aguantar pero también moverte con dinamismo cuando tenés la pelota.
-Te propongo un juego ya que sos DT. Estás en Qatar, en el vestuario con todos esos monstruos y tenés cinco minutos para hablarles antes de que salgan a la cancha. ¿Qué les dirías?
-Pongo música lírica y les digo “muchachos, diviértanse”.
Christian Banett