FUERTE TESTIMONIO

Vanesa Carbone y su historia de vida que la llevó a estudiar criminología: "Fue muy duro para mí ser hija de una mamá que fue víctima de una violación"

En 2017 se recibió de Licenciada en Ciencias Forenses y es especialista en grooming y cibercrimen. Una vocación que la llevó a dejar su carrera en los medios y que nació de una dura experiencia personal

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“Yo soy hija de una mujer que sufrió agresión sexual intrafamiliar. A mi mamá, su padrastro, la segunda pareja de mi abuela, la violó desde los 5 hasta los 13 años de edad. Y después incluso se replicó entre hermanos. Yo me enteré de esto a los 15 años.”

Ese día, ese relato del horror, marcaría el futuro profesional -y, el personal claro está- de Vanesa Carbone. Al terminar el secundario, quiso estudiar criminología pero, en Buenos Aires al menos, la carrera no existía. Empezó a cursar abogacía y tiempo después consiguió trabajo como asistente primero y como asesora después, del senador Mario Daniele en el Congreso de la Nación. “Fui asesora tres veces en el Congreso, de dos senadores y un diputado'', destaca. Cuando estaba por terminar cuarto año de Derecho, le tocó Criminología como materia. Y ahí confirmó que esa parte era el todo. “Me voló la cabeza y tuve una crisis existencial. Terminé dejando Derecho,” recuerda.  

Vanesa tenía 22 años, una belleza que resaltaba y por esos días le empezaron a llegar propuestas para trabajar como modelo. “Hacía un desfile y en 15 minutos ganaba lo mismo que en un mes en el senado”, explica. Le planteó al senador una mejora salarial o que la pasara a planta permanente. No tuvo éxito y decidió seguir, paralelamente a su actividad en política, con el modelaje. La situación explotó el día que la secretaria del senador la vio en una producción sensual en una revista y se la mostró a Daniele. “Le expliqué que para vivir en Buenos Aires necesitaba dos trabajos pero no hubo caso”, dice. La pusieron entre la espada y la pared:  “Tenés 48 horas para decidir si querés seguir con nosotros o dedicarte a otra cosa”, le impuso el legislador. Renunció. “Hace 15, 20 años eran trabajos incompatibles. Hoy una candidata a diputada sale mostrando las lolas para apuntalar su campaña”, comenta Carbone con una sonrisa.  

De esa encrucijada laboral, vocacional y económica, la mejor salida que encontró fue potenciar su carrera como modelo. Pero si bien era una tarea que le daba dinero, tenía una dinámica que le generaba impaciencia y tedio. Al poco tiempo, empezó a estudiar teatro con Carlos Evaristo, y Jorge Brunelli la sumó a su agencia de artistas. Empezó a trabajar como actriz de comedia en teatro y televisión. “Fueron diez años hermosos, una etapa distinta, muy descontracturada. La pasé muy bien. Trabajé con Emilio Disi, el Tano Ranni, Adriana Salgueiro, Fernando Lúpiz, Carna, Diego Pérez…”, recuerda.   

En paralelo a ese crecimiento dentro del mundo del espectáculo, Vanesa nunca renunció a su deseo de ser criminóloga y en cuanto la carrera estuvo disponible para cursar en Buenos Aires se metió de lleno a estudiar. Tarde o temprano, como aquella vez ante el ultimátum del senador, la vida la volvería a poner ante la disyuntiva de tener que elegir qué camino profesional tomar. Y aunque era famosa y llevaba una carrera que para muchos podía ser un aspiracional, no dudó en inclinar la balanza hacia esa vocación, más ardua, menos visible, en la que cambiaria las luces del mundo del espectáculo para internarse en el análisis y el estudio de algunas de las conductas más oscuras de la condición humana. Ese otro lado que sorprendía a todos los que la conocían solo como figura de los medios. “Cuando mi marido me conoció por primera vez y entró a mi casa vio mi biblioteca enorme con todos mis libros, de Tomo uno, Tomo dos, de Zaffaroni, de derecho civil, de derecho penal, no entendía nada. ‘¿Viste, le dije? Porque vos me conociste en una etapa de mi vida dentro del espectáculo pero yo tengo otro pasado también”. Su marido es el cantante Luis González al que conoció en 2012 durante las grabaciones de Fort Night Show, con quien se casó en 2014 y con quien tuvo a su hija Malú el 21 de septiembre de 2017. 

Para ese entonces las inquietudes de Carbone ya habían llevado su carrera hacia un lado periodístico, que ejerció en noticieros y junto a figuras como Mauro Viale y Martin Liberman, de donde se fue envuelta en una polémica. Sin embargo, cuando por fin tuvo la posibilidad de estudiar criminología se anotó en la Universidad Siglo XXI. Se recibió en 2017 y se alejó de la televisión. El amor había sido más fuerte. O mejor dicho, el dolor. “Tengo que ser honesta, hay una cuestión consciente e inconsciente. Lo inconsciente es lo que tiene que ver con mi historia familiar.”

El día que su mamá le reveló el infierno que había vivido sometida por su padrastro, en realidad fue una respuesta a una confesión de la propia Vanesa sobre un episodio incómodo que vivió con el padre de una amiga. "La situación que viví fue a los 8 años pero no me animé a decir nada hasta que me decidí a contárselo a mi mamá cuando tenía 15. Y mi mamá para ganar un poco de empatía con esta situación que yo había relatado, decidió contarme su historia. Para mí fue algo muy fuerte. Su vida y su personalidad se modificaron por completo. Incluso la relación con sus vínculos familiares y con sus propios hijos. Entonces digo cuán distinta hubiera sido mi relación con mi mamá y cuanto más amorosa hubiera sido, si no le hubieran arruinado su infancia.

Hace unos años Vanesa en un extenso posteo en su cuenta de Facebook detalló todas las situaciones de abuso que vivió a lo largo de su vida, empezando por aquella a los 8 años.  

Seguramente Vanesa, después de la experiencia que vivió con su mamá, se habrá planteado como madre de una nena que hoy tiene cuatro años, que su propia historia personal no afecte ese vínculo. "Siempre supe que yo me quería convertir en la madre que hubiera necesitado que sean conmigo. Yo tuve padres presentes, quiero decir al menos con el segundo matrimonio de mi mamá, porque mi mamá se casó a los 18 años y después se divorció de mi padre biológico, con quien incluso creo que tengo una charla pendiente para poder intentar acercarnos nuevamente. Pero ese rol hasta acá lo había cubierto el segundo matrimonio de mi mamá, mi padrastro. Mi profesión me ayudó mucho a mí a poder detectar, cuáles eran los problemas y los conflictos y las situaciones por las que había pasado mi mamá. A poder detectarlos, a poder entenderlos, porque dentro de la criminología y criminalística estudiamos muchísimo lo que es, sin usurpar a otras profesiones, pero tenemos que aprender de psicología, de psiquiatría, vemos análisis de comportamiento de la conducta humana. Entonces puede detectar y entender lo que le había pasado. También hubo un momento en el que hice terapia por otras cuestiones y por supuesto el tema se abordó. Uno no tiene un manual de cómo ser el mejor papá, hacemos lo mejor que podemos, pero traté y trato todos los días de convertirme en la madre, que yo hubiera necesitado que sean conmigo. A mi no me faltó nada a nivel económico, tuve casa, estudio, ropa pero faltaron muchas otras cosas a nivel emocional."  

Carbone explica además cómo un hecho tan traumático como el que padeció su mamá no solo destruye la psiquis de la víctima sino que repercute en toda la familia. “Claramente lo que sucede no queda en la víctima principal, sino que se traslada a las generaciones que vienen, a los hijos, a los nietos porque ya no son quienes eran o quienes podrían haber sido. Esta situación llevó a mi mamá a ser una persona con una dureza tal que yo sufría mucho. Ella hizo lo que pudo con lo que le tocó transitar en la vida y por supuesto me pidió perdón, me dijo que no era su intención lastimarme como lo hizo muchas veces. Por supuesto, la perdoné. Pero esta situación generó un quiebre muy grande en toda mi familia que hoy está fragmentada. Cada uno de sus hermanos, que son cinco, viven en una provincia distinta. Fue muy duro para mí ser hija de una víctima de violación por todo lo que sucedió después”. 

Vanesa pudo convertir ese dolor en un aprendizaje, en una búsqueda, en un intento de reparación. “Cuando existen las agresiones sexuales y no se detectan, no se hablan, o no están con un tratamiento adecuado para llevar adelante, la situación es muy difícil. Yo empecé a sentir que las penas privativas de libertad no me alcanzaban. Esto está perfecto, de 8 al 25 años. Sí, pero sabemos que las condenas tienen salidas transitorias. Sabemos que a veces la pena perpetua no es efectiva, entonces a mí eso me llevó a pensar. Yo necesito ir al momento anterior a que se cometa el hecho. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Más allá de la mera letra fría de la propia ley", opina. 

Carbone actualmente es Licenciada en Ciencias Forenses.  Además es especialista en técnicas de Perfilación Criminal, lo que se conoce como Criminal Profiling. Es directora de la división de criminología y criminalística en SATP (Sociedad Argentina de Trastornos de la Personalidad y Psicopatías) y docente universitaria en la UAI e investigadora forense del Observatorio de Cibercrimen.  

En la segunda parte de esta nota que puede leerse en este link, Carbone aborda todos los temas vinculados al grooming que resumió en su libro, El pederasta digital. Cómo deben actuar los padres para preservar a sus hijos o si sospechan que están siendo acosados o amenazados por internet; los riesgos de subir fotos de nuestros chicos a las distintas redes sociales; y cómo actúa la justicia en estos casos.

La entrevista completa en youtube