UN EJEMPLO DE LUCHA

Marina, la mamá de Chano, habló de la salud de su hijo: "Está internado, hace 20 días que no lo veo y lo extraño"

La madre del músico dio una entrevista a Gastón Pauls y rogó que la justicia no le vaya a preguntar a su hijo si quiere seguir internado. "No está en su sano juicio, si sale, va a consumir de nuevo"

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Chano Charpentier viene librando desde hace años una dura batalla contra sus adicciones. En ese derrotero de claroscuros ha coqueteado más de una vez con los tres destinos, que como bien señala Gastón Pauls, son los más probables para quienes no pueden salir del infierno de la droga: la cárcel, el hospital o el cementerio. 

Marina, la mamá del líder de tan biónica, ha luchado a su lado. En silencio acompañando sus internaciones y momentos más dramáticos y también visibilizando sus reclamos para que en la Argentina se cambien las leyes des salud mental que no ayudan a resolver los dramáticos problemas que atraviesan muchos enfermos y sus familias, maniatados por burocracias y torpezas legales que les impiden ayudarlos. 

Seres libres, el excelente programa conducido por Gastón Pauls, se dedica ha darle visibilidad a estas situaciones, incluso contando su propio camino de dolor y sanidad. Y en esta oportunidad entrevistó a Marina Charpentier que habló de cómo está actualmente su hijo Chano y de cómo se sintió luego de su exposición a abierto en el Senado de fines de mayo pasado.  

"Después de eso quedé rota. Estoy rota, mi hijo está internado. Y para mí es lo mejor que le puede pasar a una persona que estaba como él. O sea, yo no digo que la única salida sea la internación, hay otra gente que puede hacer ambulatorio, otra gente hará otra cosa. En mi caso, mi hijo tenía que estar internado porque él solo no podía, no podía parar de consumir, no podía con su vida. Yo digo lo que siento, no tengo vergüenza. Entonces muchísima gente me expresó su cariño, me dijo 'qué bárbaro, qué suerte que hablás por nosotras, nos representás" y eso es muy fuerte. Yo digo o me quedo en mi casa llorando o salgo a hablar por todas estas madres que no tienen donde decir nada. Por supuesto que me llamaron cientos de medios de todo el país, de radios, de televisión, pero yo me guardé un poco porque todo el mundo sabe que tengo una situación familiar complicada en casa, porque mi marido está internado, porque estoy muy triste. Entonces cuando hablo quiero dar un mensaje de esperanza y positivo porque me consta también que se puede y vos Gastón sos un exponente de que se puede y no tengo dudas de que mi hijo va a poder que va a salir del infierno y va a recuperar su vida", dijo intentando transmitir ese mensaje optimista.

Sin embargo, también fue sincera sobre el duro momento que atraviesa: "No voy a negar tampoco que vengo de pasar meses dificilísimos, que tengo un hijo internado y que lo extraño. Hace 20 días que no lo veo y que confío en que está en un buen lugar porque está en un buen lugar y que se lo entrego al Poder Superior y ruego que lo ilumine y que este sea su fondo, pero honestamente estoy profundamente dolida. Estoy rota y bueno, soy fuerte. Creo que soy fuerte más de lo que yo pensaba, pero también me tomo mis espacios para llorar y para acompañar al resto de la familia", explicó.

"La adicción es una enfermedad crónica. Yo siempre dije cuando me preguntaban 'solo por hoy, un día a la vez'. Mi hijo estaba en ese momento en recuperación y de verdad estuvo seis meses limpio, feliz y bien. Pero algo lo hizo recaer, un dolor, una situación, lo que sea. Yo aprendí que tengo que disfrutar de los momentos en que mi hijo está bien y compartir con él. Disfrutar el amor y compartir cosas en familia, porque no sé cuánto va a durar. Ojalá que él sea un Gastón más (por Pauls y cómo se recuperó). Hay un montón de gente recuperada en tu programa. Yo he visto montones de testimonios, que me dan mucha esperanza, que son mi norte, pero en realidad yo hace 14 años que voy a Nar -Anon., Para las mamás que me piden '¿qué hago?' y yo les digo primero que vayan a Nar-Anon, es un sostén. La gente me dice 'pero vos me decís que vaya a Nar-Anon y tu hijo sigue consumiendo". Es que no nos va a dar la respuesta de qué tiene el adicto y cómo va a dejar de consumir. El adicto hará lo que pueda con su vida", agregó.  

Acerca de Nar-Anon y la importancia de encontrar grupos de contención para tramitar el dolor de tener un hijo o un familiar metido en ese infierno, Marina explicó y hasta hizo un mea culpa sobre lo que pasó con su hijo: "En el caso de mi hijo tiene 40 años, está en manos de profesionales. ¿Ahora qué hago yo con mi dolor?  Yo ya sé que tuve que ver, la verdad que me perdoné, porque bueno me casé muy joven y porque haber hecho muchas cosas mal, porque no hay manuales para ser padre, porque no tenía idea de lo que hacía. Habré cometido errores y también mi hijo nació con esa predisposición porque yo tengo una familia muy grande y de los demás nadie es adicto.  Nar-Anon me ayuda primero a recordar de dónde venimos, porque siempre hay alguien que está por primera vez y vos tenés tu experiencia para transmitirle, para que entiendan que también se puede vivir con una persona enferma en tu familia, porque te tocó eso, porque tenés un hijo o un hermano o un padre enfermo. ¿Y qué vas a hacer? ¿Cómo vas a llenarte de calma para sobrevivir a eso, porque si no, no podés vivir, si estás todo el tiempo pendiente de qué hizo o qué no hizo, qué va a hacer. Eso es lo que te da el grupo, te da acompañamiento, te cobija, te acompaña en tu dolor y y te muestra un camino que es intransferible, no se los puedo contar, pruébenlo". 

La mamá de Chano contó que cada vez se le acercan más madres para compartirle sus experiencias y hasta para pedirle ayuda. "He escuchado, no te miento, más de 10.000 testimonios de personas que padecen, de familias, de padres, pero sobre todo de madres, de enfermos que me piden ayuda, como si yo pudiera hacer algo. No me corresponde realmente a mí, yo trato de escucharlas, de recomendarles algunas cosas, de transmitirles mi experiencia, pero es tal la cantidad de personas que padecen la enfermedad de la adicción, o anorexia u otros trastornos mentales, bipolaridad, autismo...  Muchas me han dicho "qué suerte que existe este programa Seres libres, qué suerte que empezaron a hablar de esto, cómo se tuvo tapado esto tantos años y hay tanto para hacer", afirmó.

Claro que para Marina , en medio de su propio dolor, tener que gestionar de alguna manera tanta angustia ajena y hacer algo con esos mensajes que le llegan y no darles la espalda, no en sencillo. "Me da mucha impotencia. Me debato entre quedarme en mi casa llorando o salir a la calle a acompañarlas. Les escribo, no puedo leer todos los mensajes que recibo porque son tantos, pero creo que con esto que empezamos a hacer, que es a visibilizar, a hablar, a poder decir, 'tengo un hijo enfermo' o 'tengo un padre o un hermano o quien sea, enfermo' sin que dé vergüenza, sin que se tenga que esconder. Esto es lo primero que para mí ya es muchísimo, empezar a decir, 'bueno me pasa esto y tengo este problema y me doy cuenta que no sé dónde ir'.  Me preguntan a mí '¿qué hago? ¿A dónde voy?' Yo no tengo esas respuestas, puedo contar mi experiencia, pero pero ¿qué le puedo decir a una mamá de Jujuy o de Salta o de Mendoza? No tienen ni idea porque nadie nunca les hablé de eso, ni en los colegios ni en ningún lado nadie", aseguró.

Ya después, Marina volvió a cuestionar los problemas que atraviesan las personas que tienen un familiar con alguna patología de salud mental. "Yo cuento mi experiencia. No tengo por qué saber ni de leyes ni legislar ni nada. No discuto si la ley es buena es mala o si tiene que tener tal forma o tal otra. Yo digo: la ley la escribieron en un escritorio hace 10 años o 12 años y hoy no se puede llevar a cabo, no nos sirve. No sé si la implementación, no sé si es la partida de dinero, no sé son los artículos de la ley o si hay que cambiarla, no tengo por qué saberlo. Pienso en las demás mamás que no pueden internar a sus hijos porque no hay dónde. Muchas internaciones son carísimas. Hay madres que venden cosas, que hacen y que piden por favor. Yo lamento en el alma pero no se me ocurre cuál es la solución. Si hoy se pudiera internar a la cantidad de personas que consumen y que sufren, no alcanzarían las camas de ningún lado. Pero que una mamá en cualquier provincia o en cualquier municipio tiene que poder decir 'voy a este lugar y que haya un cartel grande y gente que la reciba, la abrace. Y que haya todo el espectro desde médicos, psiquiatras, trabajadores sociales. Yo sé que hay otros problemas de salud, yo hablo del que conozco. (...)  El país está lleno de gente pidiendo, por favor, hagan algo, ayúdenme. Cantidad de madres a las que se le han muertos sus hijos, cantidad de gente que quizás se ha suicidado después de la pandemia con depresión, con tristeza".

En el plano particular, cuestionó que la ley pueda entorpecer la recuperación de Chano al darle a él poder de decisión sobre si quiere seguir internado. "Ya está la justicia yendo a visitar a mi hijo, preguntando cómo está, si le gusta el lugar, si está conforme o si se quiere ir. La justicia contra la medicina, contra su psiquiatra, con la gente que dice que él tiene que estar ahí adentro. Si a un pibe que lográs internarlo, que tenés la suerte con todo lo que eso significa, a los 60 días, primero te va a decir 'sí, me quiero ir, porque mis derechos'. No puede decidir, porque no tiene sano juicio, porque todavía su cabeza está impregnada de lo que le hizo el consumo.  ¿Qué justicia puede opinar sobre la medicina, sobre los psiquiatras que están diciendo que tiene que estar internado? Pero como la ley dice 60 días o lo que sea, van y le preguntan si está cómodo o si se quiere ir o si queremos que pase a una comunidad terapéutica. Pero las Comunidades Terapéuticas están mal vistas y son de puertas abiertas, entonces si él quiere abrir la puerta, se va. Y se va a su casa a consumir de nuevo claro. Por Dios, ayúdenme a que no se tenga que ir". imploró.

En ese marco, cuestionó el falso criterio de libertad del adicto al que se lo externa de los hospitales o clínicas psiquiátricas donde se rehabilitan. "No hay libertad así. mi hijo va a su casa y no es libre, no hay ninguna libertad. Esto lo tienen que entender. No se puede hacer desde un escritorio de la justicia, en todo caso la medicina pero no la justicia. A mi hijo le duele el consumo, sufre por el consumo, no se divierte, no sale, no comparte nada, sufre, llora. Él lo ha dicho mil entrevistas, 'yo iba llorando al dealer y no podía no ír porque no puedo parar solo'. Entonces como alguien de un desde un escritorio del Congreso o de donde sea va a decidir si mi hijo tiene que estar afuera? ¿Para qué? ¿Para que se vuelva a drogar y tal vez se muera?