A todos nos encanta pasar tiempo con nuestros perros, pero a veces su aroma no es el mejor. Aunque el olor natural de un perro no siempre está relacionado con una falta de higiene, el olor puede volverse más pronunciado después de una tarde jugando bajo el sol o tras un chapuzón improvisado en un charco. Para esos momentos en que el aroma de tu mejor amigo es más potente de lo que te gustaría, hay varios tips que se pueden implementar con ingredientes que están en todas las casas.
Primero, es esencial entender que bañar a tu perro con demasiada frecuencia puede ser contraproducente. Al hacerlo, podés estar eliminando los aceites esenciales que protegen su piel. A veces, el mal olor puede surgir de problemas subyacentes como la acumulación de bacterias, el exceso de sudoración, o incluso algunas infecciones.
Bicarbonato y maicena: Creá una mezcla con dos cucharadas de bicarbonato y una de maicena (ajustá las cantidades según el tamaño de tu perro). Después de un buen cepillado para desenredar y limpiar su pelaje, espolvoreá la mezcla sobre su cuerpo y masaje. Dejalo actuar por unos 30 minutos y finalmente cepillá de nuevo para retirar cualquier residuo. Es mejor hacerlo en un lugar confinado para no terminar con un rastro de polvo por toda la casa.
Vinagre blanco: ¡Tu nuevo aliado! Mezclá una parte de vinagre blanco con dos de agua en un rociador y aplicalo sobre tu perro. Esta solución no solo neutralizará los olores de tu mascota, sino que también puede usarse para refrescar su cama o juguetes.
Toallitas de bebé: Estas toallitas son una solución rápida y práctica. Simplemente pasá una por el pelaje de tu perro, y disfruta de un frescor instantáneo.
Por supuesto, la prevención siempre es la mejor solución. Mantené una rutina regular de baños según las necesidades de tu raza de perro y la recomendación del veterinario. Además, el cepillado frecuente no solo ayuda a mantener un pelaje brillante, sino que también reduce el olor.