El placer de dormir bien se convierte en un desafío en las noches sofocantes del verano, cuando las altas temperaturas se vuelven un obstáculo para conciliar el sueño. Mientras algunos afortunados cuentan con aire acondicionado, otros buscan alternativas para no sucumbir al calor sin incurrir en gastos elevados de energía eléctrica. En esta búsqueda de soluciones simples y efectivas, repasaremos un truco casero que puede marcar la diferencia: el "sueño con toalla húmeda" o "método egipcio".
La técnica es sencilla: minutos antes de acostarte, simplemente mojá una toalla y ubicala estratégicamente sobre tu cuerpo, ya sea en la frente, piernas o pecho. La toalla no debe estar empapada, sino fresca y húmeda, lo que, según se cree, ayuda a enfriar el cuerpo.
Este método ha demostrado ser beneficioso para quienes encuentran dificultades para dormir en climas cálidos o experimentan sofocos nocturnos. La disminución de la temperatura corporal facilita la conciliación del sueño.
A pesar de sus ventajas, es importante considerar que este truco puede no ser adecuado para todos. Algunas personas podrían sentirse incómodas o enfermas si están demasiado frías durante la noche. Además, la higiene es clave, asegurándote de que la toalla esté limpia y no demasiado mojada para evitar problemas de humedad en la cama.
Otra estrategia útil para combatir el calor nocturno es ducharse antes de acostarse. No es necesario optar por agua helada; un baño con agua tibia o caliente puede estimular el sistema termorregulador del cuerpo, aumentando la circulación hacia la piel y permitiendo una correcta sudoración para reducir la temperatura corporal. Con estos trucos simples, dormir bien en las noches calurosas del verano puede convertirse en una realidad al alcance de todos.