A más de un mes del lanzamiento de La Sociedad de la nieve, el caso del avión que se estrelló en 1972 sigue generando una fuerte conmoción. Es por eso que salieron a la luz relatos y declaraciones de los 16 sobrevivientes que atravesaron 72 días en el medio de la Cordillera de los Andes.
Respecto a la fuerte decision de alimentarse con el cuerpo de los muertos, Roy Harley había contado: "Tuvimos que tomar esa decisión y la tomamos; fue aceptada muy rápidamente por todo el grupo. Hicimos un pacto; si alguno se muere, nuestro cuerpo está a disposición del grupo".
Sobre este tema, Gustavo Nicolich había escrito en una carta a sus familiares: "Le pedíamos a Dios desde lo más profundo de nuestro ser que este día no llegara, pero ha llegado y tenemos que aceptarlo con valor y fe. Y fe es que si los cuerpos están ahí es porque Dios los puso. Y si llega el día en que yo pueda ayudar a mis amigos con mi cuerpo, lo haría con mucha alegría".
Gustavo Zerbino, uno de los sobrevivientes, confesó: "Las normas aparecían y se aparecían por sí solas. La primera norma, que nunca fue escrita, pero no se podía romper, era que estaba prohibido quejarse. No te podías quejar. Al que se quejaba no le hablabas, no le dabas agua, no le dabas de comer, no le masajeabas los pies… solo hasta que decía 'perdón' y empezaba de vuelta".
También Zerbino, confesó: "A mí la cordillera me aceleró el aprendizaje interior de darme cuenta de la capacidad ilimitada que tiene el hombre y que todo es posible cuando aceptamos que solos no podemos y con humildad pedimos ayuda. Así que, soy una persona feliz, que agradece todos los días por estar vivo. La vida es ahora".
"¿Por qué? Todos estábamos fríos, todos teníamos hambre, todos teníamos miedo, todos esperábamos a nuestra madre. Solo nombrar a una madre, decir tengo frío o decir algo que era redundante, era algo negativo", explicó sobre esta norma que se tuvo que cumplir a rajatabla.