El mundo del arte contemporáneo sigue siendo un escenario de actos muy insólitos y provocativos, y el empresario Justin Sun se encargó de sumarse a la lista con un gesto que sorprendió a todos. El pasado viernes, en un lujoso hotel de Hong Kong, Sun, fundador de la plataforma de criptomonedas Tron, cumplió una promesa que dejó a más de uno boquiabierto: se comió una obra de arte valuada en 6,2 millones de dólares.
La pieza en cuestión, titulada “Comedian” y creada por el artista italiano Maurizio Cattelan, es una banana pegada a la pared con cinta adhesiva plateada. A pesar de su simple apariencia, la obra ha sido un ícono del arte conceptual desde su debut en 2019 en Miami, desafiando las convenciones sobre el arte y el valor. La pieza fue subastada la semana pasada.
Durante el evento, rodeado de periodistas e influencers, Sun no solo mordió la fruta, sino que también la elogió, declarando: “Está realmente muy buena. Mucho mejor que las otras bananas”, en un tono de humor que reforzaba el carácter provocador del acto. Este gesto fue una extensión de su discurso, en el cual comparó el arte conceptual con las criptomonedas y los NFT (tokens no fungibles). Según el empresario, tanto el arte conceptual como los activos digitales cuestionan las nociones tradicionales de valor y propiedad.
“Lo que me gusta del arte conceptual es que, al igual que las criptomonedas, no se necesita un objeto físico para representarlo. Es todo sobre lo que significa y cómo lo percibimos”, comentó Sun durante su intervención.
En medio de la controversia por su peculiar acto, el empresario explicó que quería que su momento formara parte de la historia de la obra misma. “Quiero que este momento también forme parte de su historia”, afirmó, mientras se disponía a comer la banana en vivo.
La obra, que tiene tres ejemplares en total, incluye un certificado de autenticidad e instrucciones para reemplazarla una vez que la fruta se descomponga. Sin embargo, más allá del valor físico de la pieza, la pregunta que sigue siendo debatida es si “Comedian” es realmente una obra de arte o simplemente un objeto de consumo.
En una rueda de prensa llena de cámaras y curiosos, los asistentes se llevaron como recuerdo una banana y un rollo de cinta adhesiva, complementos que reforzaron el carácter humorístico y desafiante de esta performance.