La piedra blanca es un producto natural y efectivo para limpiar y eliminar la humedad de los azulejos, gracias a su composición a base de minerales como óxido de aluminio, sílice y carbonato cálcico. Se puede crear de forma casera con bicarbonato de sodio y arcilla blanca.
Esta pasta, que también contiene glicerina vegetal y carbonato de sodio, se caracteriza por sus propiedades ligeramente abrasivas y tensioactivas, lo que la convierte en una excelente opción para combatir la suciedad y la grasa acumulada en las superficies de tu hogar.
Para utilizarla, empezá humedeciendo un trapo o una esponja con un poco de agua. Luego, pasá el trapo húmedo por la piedra blanca hasta que se genere una espuma ligera.
Este paso es clave para activar las propiedades limpiadoras de la piedra. Una vez que tengas la espuma, aplicala directamente sobre los azulejos, cubriendo toda la superficie que querés limpiar y prestando especial atención a las zonas más afectadas por la humedad.
Después de aplicarla, enjuagá bien con agua o pasá una bayeta bien humedecida para retirar cualquier residuo de producto que haya quedado en los azulejos. Esta última parte es importante para que la superficie quede totalmente libre de restos y vuelva a brillar. En caso de que notes que aún persiste algo de humedad o suciedad, repetí el proceso hasta conseguir el resultado deseado.
La piedra blanca no solo es útil en los azulejos; también podés utilizarla en otras superficies como vitrocerámicas, fogones, electrodomésticos, e incluso en las llantas y faros del coche.