Mientras se resuelve el caso de Lucio Dupuy, la causa dio un vuelco que sacude a su familia. Es que el Tribunal Superior de Justicia (STJ) realizó un rechazo a la calificación del crimen que presentó el abogado defensor en la causa que conmovió a todos por lo que fue el asesinato a manos de su madre y su madrastra
Luego de que la justicia sentenciara a Magdalena Espósito y su pareja, Abigail Páez, a prisión perpetua por el asesinato del pequeño, salió a la luz que el caso dio un vuelco. Se debe a que se rechazó la calificación de crimen de odio, en el que se basaron los abogados defensores para poder obtener la condena.
En este contexto, la defensa de las asesinas de Lucio Dupuy, representadas por José Mario Aguerrido, apeló a esta decisión haciendo alusión a que Tribunal de Impugnación Penal (TIP) sólo se apoyó en las pericias oficiales. Por lo que dejó de lado el análisis de Lorena Roggero, especializada en psicología jurídica.
En este sentido, se marcó que la TIP omitió el análisis de la licenciada en el cual se expone la comunicación entre las condenadas, su historia vital, la relación con los hombres y la realidad de la familia de Lucio Dupuy, por lo que esto “daba razones de que el homicidio fue por odio al género masculino”.
Por su parte, el abogado de la familia del pequeño explicó: “Se fragmentó el análisis de la prueba, se excluyó la pericia de parte, desconociendo el material evaluado por la profesional, se admitió que su dictamen se contradecía con los de las pericias oficiales, cuando en realidad eran complementarios”.
Pero la postura de Aguerrido, para conseguir dicho rechazo fue contundente: “Se prescindió de un análisis conjunto, pues no es posible escindir esos motivos y el tenor de los abusos sexuales, de la situación de odio al género masculino”.
Fue así como la STJ sostuvo: “Se concluyó que el resultado muerte, no estuvo vinculado al odio hacia el género del niño, sino a una convergencia derivada de la personalidad perversa de las acusadas, el vínculo dual de su relación con características de exclusividad, la ausencia de lugar para el niño y su posición como un objeto para satisfacer sus necesidades”.