La nueva miniserie de Netflix, "Todo un hombre", se ha convertido rápidamente en un fenómeno, conquistando a los espectadores con su intrigante trama y su elenco estelar.
David E. Kelley, conocido por su habilidad para crear dramas legales envolventes, ha vuelto a acertar con "Todo un hombre". En esta ocasión, Kelley adapta la famosa novela de Tom Wolfe, "La hoguera de las vanidades", y ofrece una mirada crítica hacia las altas esferas y sus complejas relaciones personales y laborales.
Jeff Daniels interpreta a Charlie Croker, un magnate inmobiliario sureño cuya vida de lujo se tambalea bajo la amenaza de la bancarrota. Daniels brilla en su papel, aportando autenticidad y carisma al personaje, especialmente con su acento sureño y su característico sombrero vaquero. La serie se ambienta en el sur de Estados Unidos, lo que añade un toque distintivo y permite a Daniels lucirse en un contexto culturalmente rico.
La historia comienza cuando Croker es convocado a una reunión en el banco y se entera de que está al borde de la quiebra. Incapaz de devolver un enorme crédito, se enfrenta a la posibilidad de perder todos sus bienes. Decidido a recuperar el control, Croker comienza a idear planes para salvar su imperio. En el camino, se encuentra con un joven brillante encarcelado injustamente y con el ambicioso alcalde de Atlanta, quien le propone un pacto deshonesto a cambio de su ayuda en la reelección.
Además de Jeff Daniels, la serie cuenta con un elenco de lujo que incluye a Diane Lane, Lucy Liu y Tom Pelphrey. Aunque Daniels es el centro indiscutible de la trama, el talento de los actores secundarios también brilla, aunque algunos personajes parecen carecer de una función definida debido a la naturaleza coral de la serie.
David E. Kelley demuestra una vez más su maestría en el manejo de diálogos, ofreciendo escenas cargadas de tensión y emoción. Sin embargo, la trama se disgrega en varias subtramas, lo que a veces deja situaciones sin el contexto adecuado y una interacción entre personajes que podría ser más fluida. A pesar de esto, la serie mantiene un ritmo que atrapa y no suelta.