Las visitas de periodistas, personalidades de la cultura o el deporte a la Quinta de Olivos han sucedido con todos los gobiernos. Incluso ocurrieron durante la gestión de Alberto Fernández en plena pandemia, cuando la circulación estaba prohibida o al menos limitada, lo que generó mayor repudio. Algunos ven estas visitas como un intercambio natural del presidente con personalidades con las que le interesa dialogar, otros -más suspicaces- advierten cierta opacidad en estos encuentros ya que no se dan a conocer públicamente.
En esta oportunidad el periodista Ari Lijalad dio a conocer un documento en el que constan los ingresos de algunos famosos a la quinta de Olivos y como siempre generó controversias en redes sociales. Entre los nombres figuraban economistas como Claudio Zuchovicki y Juan Carlos De Pablo, algo que no llama la atención porque es lógico que Milei, economista además de primer mandatario, quiera conversar con sus colegas.
También figuraban periodistas como Jonatan Viale, Claudio Trebucq, Horacio Cabak y Marina Calabró, quien alguna vez sonó como posible candidata a ser vocera presidencial, antes del nombramiento de Manuel Adorni, quien actualemente ocupa el cargo.
Lijalad en su tuit arrobó al presidente y a Cabak, preguntádoles por el motivo de estos encuentros nocturnos, y recibió respuestas de ambos. Más irónicas que explicativas, por cierto. "Nos reunimos para hablar de los pseudo periodistas que ,mientras Alberto Fernández recibía invitados durante la pandemia, falseaban permisos de circulación y delinquía organizando fiestas de cumpleaños clandestinas , cerraban cómplice y olímpicamente el orto", respondió Cabak en su cuenta de X.
También el presidente Milei le respondió al periodista. "Obvio, los domingos un grupo de amigos (más o menos cercanos) nos juntamos a ver en el cine de Olivos óperas de distintos compositores (en especial Rossini, Bellini, Donizetti, Verdi y Puccini). Luego de lo cual, cenamos y discutimos sobre temas diversos. Saludos, JM"
Seguramente, grieta mediante, este tema generará debate aunque nada le quita al presidente su derecho a entrevistarse con quien quiera. En todo caso, después quedará a criterio de la opinión pública, como analiza si esta cercanía afecta la credibilidad de los periodistas a la hora de opinar sobre la gestión presidencial.