Desde hace semanas, es muy difícil conseguir limón en verdulerías y supermercados y este faltante se registra en casi todo el país. En algunos comercios se ofrecen limones importados a unos 6.000 pesos el kilo. ¿Cuál es la razón?
Debido a una combinación de variante estacional, crisis en el sector y mala temporada en el cultivo, la fruta de la que Argentina era hasta hace muy poco tiempo primer productor mundial hoy escasea.
Según la información de enero de este año del Mercado Central de Buenos Aires, se ofrece limón importado ( Brasil, Egipto, Chile ) a precios mayoristas entre tres mil y cuatro mil pesos el kilo mientras que el procedente de Tucumán – polo citrícola- Corrientes, Salta y Entre Ríos, oscila entre los mil y dos mil setecientos.
Más allá de dejar para más adelante el lemon pie o las limonadas, o de comprar un limonero de cuatro estaciones para tener un suministro casero a largo plazo, la falta de esta fruta tan versátil pone a la vista la crisis de un sector importante de la agricultura.
Una situación anunciada
En noviembre del año pasado, ya se había anticipado esta situación. Desde la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, ente autárquico que monitorea y estudia los cultivos con fines comerciales de la provincia de Tucumán, el faltante se registra debido al bajo rendimiento de la floración de verano que se ha dado en las plantaciones tucumanas.
Esta situación pudo ser causada por las altas temperaturas y la sequía. "La floración que produce la fruta de verano ha sido muy mala y hubo un efecto de las heladas de invierno sobre las frutas que estaban en desarrollo. Entonces, la producción ha sido sumamente baja", afirmó el director agropecuario Hernán Salas entonces a un medio de la provincia.
Además, desde este organismo se informó que hay unas 7.000 hectáreas de quintas limoneras que han desaparecido (hoy son cañaverales o barrios privados) y unas 11.000 hectáreas que han sido abandonadas, cuyos limones no fueron cosechados. Esto, según los observadores de la economía regional, es parte de una crisis del sector que lleva unos cinco años.
La industria limonera argentina aporta anualmente más de 600 millones de dólares en divisas y genera empleo directo para más de 50.000 personas durante la cosecha, además de 10.000 puestos adicionales en actividades relacionadas fuera de esta etapa, según la empresa Paramerica Minera, una de las referentes el sector. No solo se basa en la fruta fresca para consumo sino además en los productos derivados como aceite esencial, jugo concentrado y cáscara deshidratada.
La firma también consigna en su sitio web que en 2024, se proyectó una caída del 10% en la producción debido a una sequía prolongada que afectó tanto la calidad como la cantidad de los cultivos.
“Por otra parte, en el mercado internacional existe fuerte competencia debido a que la sobreoferta en los mercados globales ha generado una caída en los precios internacionales, dificultando la rentabilidad de los productores argentinos”, se informa. Desde la empresa confirman que según datos oficiales, en el último año, las exportaciones de limones frescos de Argentina cayeron un 15,5% en volumen y un 23% en valor.
¿Cuándo podría haber una solución a este tema, que por lo visto encierra mucho más que la necesidad de elegir otras frutas para el consumo? El panorama se mantendrá así hasta el mes de febrero, cuando la campaña comience a acomodarse de cara a la zafra citrícola 2025, se explicó desde la Estación Experimental tucumana.