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HISTORIAS PARALELAS
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La desesperada búsqueda de Franco Toro en Punta del Este y el recuerdo de una tragedia similar: la muerte de Gabriel Defelice, fotógrafo de Revista Pronto, que involucró a Marcelo Tinelli

El tatuador bahiense se metió el 1 de enero al mar en la Brava para salvar a una mujer. Curiosamente, cerca de ahí, también un 1 de enero pero de 2003, un fotógrafo se ahogó al tratar de sacar del agua a una joven que estaba en el mar junto a su amiga Micaela Tinelli

Por Christian Banett
Escrito en ACTUALIDAD el 2/1/2025 · 13:31 hs
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En su cuento El Sur, Jorge Luis Borges decía que "a la realidad le gustan las simetrías". En este caso se verifica de manera cruel: este 1 de enero de 2025, Franco Toro, un tatuador argentino de 30 años oriundo de Bahía Blanca, se lanzó al mar, entre las playas Los Dedos y El Emir junto a otro hombre para intentar rescatar a una amiga que no podía salir. El incidente ocurrió alrededor de las 7 de la mañana del miércoles, después de los festejos de Año Nuevo. En esa zona de la Brava está prohibido meterse al mar por lo riesgoso que es. Prefectura logró rescatar a la mujer y a otro hombre que se metió a salvarla. A Toro, lo siguen buscando.

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Otro 1 de enero, pero de 2003, un hecho similar conmovió no solo a Punta del Este sino a la Argentina. Porque involucró a Marcelo Tinelli, que posee su casa en la zona de La Boyita, a un par de kilómetros de donde están buscando a Franco Toro.

Corría la tarde del primer día de 2003 y el fotógrafo de Revista Pronto, Gabriel Defelice, recorría la playa para sacar alguna foto de algunos de los famosos que tenían casa por ahi. Además de Tinelli tenías sus chacras allí Andrea Bursten y Fede Ribero (que murió diez años después), Alan Faena, Nico Repetto con Florencia Raggi, Valeria Mazza. Pero lejos de poder retratar alguna postal de verano se encontró con una situación tan inesperada como dramática. Una adolescente se le acercó desesperada pidiendo ayuda. Era Micaela Tinelli que por entonces tenía 14 años.

El desgarrador relato publicado en la Revista Pronto de aquella época decía: "La hija mayor de Marcelo corrió a los gritos hacia Defelice pidiéndole que hiciera algo por su amiga que se estaba ahogando. Micaela había podido salir del agua, pero Clarita, su amiga, braceaba impotente sin alcanzar la orilla. Gabriel largó todo y salió disparado hacia el mar. Saltó una ola, después otra, la tercera lo volteó y él volvió a pararse. Empezó a nadar hacia la chica, Clarita. Pero el mar no lo dejó llegar. Al contrario, lo alejó de la nena, quien, trágicamente y paradójicamente, salió del peligro en el que acababa de caer quien había ido a rescatarla. Después, todo se tornó confuso. Clara volvió a entrar al mar tratando de salvar a su salvador. Una actitud tan noble como inocente. Estuvo cerca de Defelice. Muy cerca. Lo oyó cuando balbuceó: "Ayudáme. Decime qué hago. No me quiero morir". La nena atinó a decirle que flotara, que hiciera la plancha. Hasta que lo perdió de vista y sintió que unos brazos se aferraban a los de ella. Eran los de Marcelo Tinelli y el fotógrafo Nicolás Bovio, que la tiraban hacia afuera, hacia la orilla." 

 "Pará, que hay otro hombre. Hay un señor adentro", gritó Clara. Tinelli y Bovio, confundidos, solo atinaron a llevarla hasta la orilla. "Hay otro señor adentro", repetía la nena, y la gente había comenzado a llegar al lugar. Los vecinos de la chacra de Tinelli sacaron sus binoculares y comenzaron a recorrer la playa de punta a punta. Primero llegó Alan Faena con unos amigos; después se sumaron Nicolás Repetto y Florencia Raggi. Ramiro Souto y Martín Morini, compañeros de Gabriel en Pronto, se acercaron apenas se enteraron. Al final, había no menos de 20 personas oteando el horizonte borroso, tratando de descubrir algo en medio de ese mar salvaje."

Defelice no pudo salir con vida. Dos horas después Prefectura Naval encontró su cuerpo a casi dos kilómetros de donde  había entrado al mar.

El relato de Tinelli de aquel día trágico

Unos días después de la muerte de Defelice, Pronto habló con Marcelo Tinelli sobre cómo había vivido aquella trágica jornada. "Gabriel murió como un verdadero héroe dijo después Marcelo Tinelli a Pronto. Desconsolado por la muerte de Gabriel, conmocionado porque hasta su hija corrió peligro, contó cómo se había enterado de la situación. "Alrededor de las 5 de la tarde estábamos en la pileta de casa, tomando unos mates y escuchando música con Paula (Robles) Claudio Salomone, mi cuñado y su mujer, Eugenia Tobal y el Turco Jabif. En un momento determinado, quise saber cómo estaban Micaela, Candelaria y tres amigas de ella: Clarita, Sofía y Martina, que habían ido a la playa a tomar sol. Cuando estaban por ir, Paula me dijo: “Aguantá una horita y te acompaño. Esperá que le doy la leche a Juanita y vayamos juntos”. Yo le contesté que no, que tenía ganas de bajar en ese momento. Fue medio una intuición, pero no porque pensara que estaba pasando algo raro; simplemente me agarraron ganas de querer ir. Cuando estaba bajando con el cuatriciclo a la playa, en el médano me crucé con Candelaria, que estaba subiendo desesperada. Los gritos: “¡Clarita se ahoga! ¡No puede salir del agua!”. Estaba desencajada —relata Tinelli con tono grave—."

Sigue Tinelli. "Miré a la playa y solo vi reposeras y cuando levanté la vista me di cuenta de que en el mar había un bolonqui de gente, una cabecita por allá...  aceleré hasta el agua en ese momento lo pasé al fotógrafo de Caras Nicolás Bovio (gran amigo y excompañero en Perfi de Gabriel) que se estaba metiendo para ayudar. Y también vi que bajaban Alan Faena y un amigo. (...) 

"Yo escuché gritar a mi hija antes de llegar a la playa y en ese momento se me paralizó el corazón, se me cruzaron por la cabeza un montón de cosas. No sabía que estaba pasando cómo estaba Clarita una chica que está bajo mi responsabilidad acá en Punta del Este".

Enero de 2003. Tinelli en la misa de cuerpo presente de Defelice

"Cuando llegué al agua la escuché a Clarita que gritaba no puedo salir no puedo salir Ayúdenme me tiré con una vincha que tenía puesto y hasta con las zapatillas que después aparecieron una en la arena y la otra en el agua enseguida la vía Clarita que estaba en el medio una sola gigantes me metí yo se metió Bovio no bien entramos al agua. Nos sumergimos bastante porque a los pocos metros hay un desnivel importante y olas muy grandes. La primera de las olas me agarró, me tiró para atrás y me pegué la cabeza contra la arena. Era la primera rompiente, la que hay que pasarla por abajo o esperar que pase pero con la desesperación que tenía la agarré de frente y me tumbó. Ahí nomás me di cuenta que iba a ser difícil, con Nicolás empezamos a nadar habremos hecho 10 o 15 m y ahí llegamos hasta Clarita que ya estaba saliendo por sus propios medios y la agarré del brazo."

"Sentí que Clarita estaba muy angustiada, como en estado de shock, porque había alguien más. Ella decía: "Hay una persona que se metió para sacarme y no puede salir", repetía una y otra vez. Pero yo no veía a nadie. Miraba por sobre las olas como podía, pero no veía ni escuchaba a nadie. Incluso llegué a preguntarme si lo que decía era cierto. Como no veíamos a nadie, fuimos saliendo del agua mientras mirábamos para todos lados, pero sin encontrar a nadie. Por eso también se me ocurrió que esa otra persona podría haber salido por otro lado. Una vez afuera del agua, Clarita seguía explicando: "Adentro del agua había una persona que se metió para salvarme", decía. Pero cuando le preguntamos quién era, no sabía decirnos"

"Me subí a un médano, y Plácido, un amigo de Alan que se había quedado al borde del mar, gritó: "¡Ahí está, ahí está!". Cuando miré, me pareció ver un cuerpo entre las olas, pero todo fue muy rápido. Plácido se tiró al agua, pero enseguida lo perdió de vista, al igual que todos los que estábamos afuera. Nos fuimos corriendo en la dirección en que iba la corriente y empezamos a patrullar la costa con un par de cuatriciclos. Llevé a las chicas a casa y llamé al número de emergencias, mientras los demás siguieron buscando"

"Antes de llevar a mis hijas a casa, Cande me dice: "Mirá, ahí están sus cosas". A unos 50 o 60 metros de donde estaban las sillas de las chicas, me acerqué y vi una mochila, el celular, unos anteojos, la llave del auto y unos largavistas. La abrí y vi que se trataba de Gabriel De Felice, a quien me había cruzado unos días atrás. Mientras yo corría al borde de la ruta, él iba en su auto. Se me puso a la par y me preguntó si me podía hacer unas fotos, algo que me sorprendió gratamente porque tranquilamente me las podría haber hecho sin preguntarme nada, ya que estaba en la ruta, en un lugar público, y no en el jardín de mi casa."

"Seguimos buscando hasta las 6 de la tarde pero no lo encontramos y prefectura que ya había llegado encontró el cuerpo a las 6:30 "

"¿Por qué se metieron las chicas al mar? Estaban jugando a que las olas las tiraran para atrás y volvieran a salir. Pero, en un momento, una ola vino demasiado fuerte y Clarita, que estaba más adentro que las demás, no pudo regresar. En el agua solo estaban Micaela, Clarita y Martu. Cande no se metió al mar porque le tiene miedo. Cuando Cande vio que a Clarita le costaba volver, le dijo: "¡Dale, volvé! ¡Vení para acá!". Pero a Clarita cada vez le costaba más salir. Es una costa complicada, y si el mar te empieza a tirar para adentro, te cuesta mucho regresar. Tenés que relajarte, dejarte llevar y nadar tranquilo, pero para eso algo de natación tenés que saber."

"Gabriel se tiró a rescatarla, pero no llegó a alcanzarla. Clarita logró salir, pero Gabriel no podía regresar. Cuando Clarita llegó hasta donde estaban sus amigas y vio que Gabriel no podía salir, se volvió a meter para ayudarlo. Seguramente invadida por un estado de shock, o tal vez sintió culpa al ver cómo se quedaba atrapado en el agua quien había intentado rescatarla. Cuando llegó hasta donde estaba Gabriel, que todavía se encontraba con vida, le dijo que barrenara o que hiciera la plancha. Pero Defelice le contestó que no podía. Intentó agarrarse del brazo de Clarita y tiró, como para salir a flote, pero se hundieron los dos. Unas olas los separaron, y Gabriel le dijo: "Ayúdame, no me quiero morir". Según me contó Clarita, yo aparecí al lado de ella apenas uno o dos minutos después de que se separaran."

 

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