Palito Ortega y Evangelina Salazar forman una de las parejas más icónicas del espectáculo argentino. Su historia de amor comenzó en los años 60, cuando se conocieron durante el rodaje de Mi primera novia, la película que terminó uniéndolos para siempre.
Sin embargo, lo que pocos saben es cuál fue el primer regalo que el cantante y actor le hizo a quien, con el tiempo, se convertiría en su esposa y madre de sus seis hijos.
Según contó el propio Palito, al principio no estaba del todo convencido de que Evangelina fuera la coprotagonista del film, pero el director Enrique Carreras insistió en que ella era la elección perfecta.
“Yo quería que el papel lo hiciera Marilina Ross, pero él me dijo que la primera novia debía ser una carita nueva”, recordó en una entrevista. Finalmente, aceptó la decisión y el primer día de rodaje se encontraron en la sala de maquillaje.
Con un tono algo displicente, Palito le entregó su primer obsequio a Evangelina: una caja de bombones. “Le dije ‘esto es para vos’ y me fui sin prestarle demasiada atención”, confesó entre risas. Lo que en ese momento fue un gesto casi protocolar, con el tiempo se transformó en el inicio de una gran historia de amor.
A medida que avanzaba la filmación, Ortega comenzó a notar la dulzura y la sencillez de su compañera de elenco. “Al principio me mostraba indiferente, pero ella insistía en ensayar juntos, en repasar las escenas. Fue ahí cuando empecé a conocerla realmente”, reveló.
Con el correr de las semanas, la química entre ellos creció y, aunque no habían formalizado su relación, Palito ya estaba seguro de que Evangelina era la mujer con la que quería compartir su vida.
En 1967, un año después del estreno de la película, la pareja se casó en una ceremonia multitudinaria que fue televisada y tuvo más de 60 puntos de rating.