Griselda Siciliani atraviesa un gran momento profesional con el estreno de la segunda temporada de Envidiosa, la serie de Netflix que conquistó al público con su mezcla de comedia y drama.
Acompañada por un elenco de lujo que incluye a Esteban Lamothe, Lorena Vega, Pilar Gamboa, Violeta Urtizberea y Marina Bellati, la actriz vuelve a ponerse en la piel de Vicky, un personaje que la desafía en lo actoral y que en esta nueva entrega enfrenta dilemas personales y sentimentales que la llevan a extremos insospechados.
Si bien en la ficción su personaje anhela cumplir con el mandato de la familia perfecta y una vida soñada en un country, en la vida real, Griselda confiesa que siempre se sintió muy alejada de esa idea. "Yo nunca tuve ese deseo de la familia perfecta", admite con total sinceridad. Para ella, el amor no es algo que se busque, sino que simplemente sucede.
“Creo en la fatalidad del amor. Es algo inevitable y cuando aparece, te atraviesa. Nunca fui de esas personas que buscan activamente una pareja. Si no me volvía a pasar, estaba feliz en mi soltería”, explica con total convicción en una entrevista con el diario La Nación.
Esta postura la llevó a definirse como una “fundamentalista de la soltería”, aunque actualmente está en pareja con Luciano Castro, con quien vivió una historia de amor en su juventud y a quien el destino volvió a poner en su camino dos décadas después. "Es medio mágico, no estaba en los planes de ninguno de los dos y simplemente pasó", comenta sobre este reencuentro.
A pesar de la felicidad que atraviesa en lo sentimental, deja en claro que el modelo de “familia ensamblada” no está en sus planes. “El noviazgo para mí es un regalo, pero no necesito construir la casita”, asegura con su característico humor.
Más allá de su vida amorosa, la actriz está completamente enfocada en su carrera. En Envidiosa, la segunda temporada la encuentra en una versión mucho más extrema de Vicky, algo que le divierte explorar. "Si en la primera temporada tenía esa rotura y vulnerabilidad, en esta está mucho más dura, más zarpada en todas sus condiciones", explica.
Además, confiesa que las grabaciones estuvieron llenas de risas, sobre todo con sus compañeros Esteban Lamothe y Pilar Gamboa. "Nos conocemos mucho y compartimos códigos, es difícil sostener la risa cuando el otro hace algo muy gracioso", cuenta sobre las incontables tentadas que vivieron en el set.
Mientras su presente profesional brilla con la serie de Netflix, Siciliani también se toma tiempo para disfrutar de su hija Margarita, fruto de su relación con Adrián Suar, y de sus amigos, a quienes considera un pilar fundamental en su vida. "Amo a mis amigas, la amistad me parece el vínculo más noble y sublime que existe", reflexiona.
Aunque admite que el trabajo la absorbe, en los últimos años se permitió hacer algo que no hacía hace mucho: tomarse vacaciones. "No me había dado cuenta de que hacía años que no paraba. Fue necesario para descansar y recargar energía", asegura.