Denise Dumas transita un gran momento personal y profesional. Brilla en Somos nosotros, la comedia que llena las salas de la calle Corrientes y le permitió reencontrarse con la actuación. Pero más allá del éxito laboral, la conductora y actriz tiene claro qué quiere para su futuro junto a Martín “Campi” Campilongo, con quien lleva 20 años de amor y proyectos compartidos.
Lejos del ritmo acelerado de la televisión y el teatro, Denise sueña con una vida más tranquila en el campo. En los últimos años, la pareja encontró en su casa rural el refugio ideal para desconectarse de la vorágine de la ciudad y disfrutar de la naturaleza.
Cada vez que pueden, se escapan para pasar unos días rodeados de sus caballos, gallinas y hasta un burro. Para ella, no hay dudas: ese será su destino en el futuro. “Vamos a terminar siendo Mónica y César”, bromeó, haciendo referencia a la icónica pareja de Campeones de la vida.
A la par de sus planes a largo plazo, Denise también disfruta del presente. La maternidad sigue siendo uno de los pilares de su vida y su prioridad absoluta. Sus hijos Santino e Isabella, fruto de su relación con Germán Barceló, y Emma y Francesca, las nenas que tuvo con Campi, son el centro de su mundo.
De hecho, la partida de Santino a Nueva Zelanda fue un desafío emocional enorme, pero también un aprendizaje. “No los crié para que se fueran”, confesó, aunque reconoce que la experiencia lo hizo crecer y volver más independiente.
El amor con Campi se mantiene firme desde el primer día. Él la conquistó con su humor y la forma en que se adaptó a su vida cuando ella ya era madre. “Martín era un soltero con su loft en Palermo y de golpe pasó a la mamadera y los pañales. En vez de salir corriendo, se quedó. Me enamoró viéndome como mamá”, recordó.
La pareja cumplirá 20 años juntos y planea celebrarlo con una gran fiesta, aunque Denise bromea con juntar ese festejo con el de sus 50, que aún tiene pendiente.
En cuanto a su carrera, se prepara para su regreso a la TV Pública, pero admite que está en una etapa de disfrutar más y trabajar menos. “Amo lo que hago, pero me agarró una etapa más ‘vaguita’. Los 50 te hacen valorar otras cosas. Quiero estar con mi familia, disfrutar de mis hijos, relajarme. No quiero esa locura de antes”, reconoció.