El regreso a clases trae consigo el desafío de equipar a los chicos con todos los materiales necesarios para el año escolar. Pero, además de la compra inicial, hay una preocupación constante para los padres: evitar que los útiles desaparezcan misteriosamente con el correr de los meses.
Desde lápices y gomas hasta cartucheras y cuadernos, muchas veces los niños llegan a casa con menos elementos de los que llevaron por la mañana.
Para evitar esta situación, existen técnicas sencillas y efectivas que pueden ayudar a que los útiles se mantengan en su lugar durante todo el ciclo lectivo.
Una de las estrategias más utilizadas en los últimos años es el etiquetado de cada elemento con el nombre del niño. Esto permite que, en caso de extravío, los docentes puedan identificar rápidamente a quién pertenece y devolverlo. También se recomienda que los chicos lleven solo lo necesario cada día, reduciendo la posibilidad de pérdidas.
Otra técnica eficaz es establecer en casa una zona de estudio fija, donde los materiales puedan guardarse de manera ordenada después de hacer la tarea.
De esta forma, se evita que los útiles queden dispersos y se pierdan en la casa. Además, algunos especialistas aconsejan reservar los útiles más costosos o delicados para el uso en el hogar y enviar al colegio versiones más económicas, especialmente en el caso de lápices de colores, marcadores y reglas.
Para reforzar la organización, se pueden implementar incentivos para los más pequeños. Por ejemplo, establecer un sistema de recompensas cuando logren mantener sus útiles completos durante un determinado período de tiempo.
Este método ayuda a que los chicos tomen conciencia sobre el cuidado de sus pertenencias y sean más responsables con sus materiales.
Por último, es clave la comunicación con los maestros. Si los útiles desaparecen con frecuencia, puede ser útil consultar con la escuela para entender qué está ocurriendo.