A la hora de organizar la heladera, muchas personas colocan los huevos en la huevera de la puerta, un hábito que parece lógico, pero que en realidad podría comprometer su frescura y seguridad.
Según los expertos, este es el peor lugar para almacenarlos debido a los constantes cambios de temperatura que se producen cada vez que se abre y se cierra el refrigerador.
El nutricionista español Pablo Ojeda explicó que la puerta de la heladera es la zona más inestable en términos de temperatura, lo que puede acelerar la descomposición de los huevos.
"Uno de los grandes errores que se cometen en las casas es colocar los huevos en la puerta, porque es donde hay más cambios de temperatura", señaló en el programa Más Vale Tarde de la Sexta.
Para evitarlo, recomendó guardarlos "siempre al fondo", donde la temperatura es más estable.
Además, la Asociación Española de Industrias de Ovoproducto (INOVO) advirtió que los cambios térmicos bruscos pueden provocar condensación en la cáscara, facilitando la entrada de microorganismos a través de los poros.
Para conservarlos correctamente, aconsejan sacar solo los huevos que se van a consumir en el momento y dejar el resto dentro de la heladera, preferentemente en su estuche original.
Este sencillo cambio de hábito no solo ayuda a mantener los huevos frescos por más tiempo, sino que también reduce el riesgo de contaminación y garantiza una mejor calidad en su consumo.