Aunque no representan un peligro real, las lagartijas suelen generar incomodidad cuando aparecen en diferentes rincones del hogar, sobre todo durante los meses más calurosos.
Estos pequeños reptiles, que por lo general prefieren las áreas verdes, pueden instalarse en casas debido a los cambios de temperatura, la presencia de insectos o por simple búsqueda de refugio.
Expertos explican que las lagartijas no regulan su temperatura corporal, por lo que tienden a trasladarse hacia ambientes donde el clima sea más favorable.
En verano, pueden entrar a las viviendas atraídas por el aire acondicionado, mientras que en invierno buscan calor. Además, si encuentran alimento —como mosquitos, cucarachas o arañas— es probable que decidan quedarse.
La buena noticia es que no es necesario recurrir a un exterminador ni gastar dinero para alejarlas. De hecho, hay métodos simples, efectivos y sin costo que permiten mantenerlas lejos sin lastimarlas.
Lo primero es cuidar la limpieza del hogar: si no encuentran insectos para comer, perderán interés. También se recomienda mover los muebles de lugar, sellar grietas o huecos en las paredes, y evitar acumular objetos donde puedan esconderse.
Otro tip casero que suele dar buenos resultados es colocar cáscaras de huevo en ciertos sectores del hogar, ya que las lagartijas las interpretan como señales de presencia de depredadores.
Rociar con vinagre blanco o aceites esenciales como citronela, menta o eucalipto también funciona como barrera natural, ya que esos aromas las espantan.
Para quienes tienen mascotas, contar con un gato en casa también puede ser una forma de ahuyentarlas, ya que suelen espantarlas apenas aparecen.
Aunque muchas veces molesten, las lagartijas cumplen una función útil como controladoras de plagas. Por eso, los especialistas aconsejan no dañarlas ni usar insecticidas para alejarlas, sino aplicar estrategias que permitan regular su presencia de forma natural.