Llegó el frío y muchas personas ven la necesidad de comprar o renovar sus calefactores eléctricos. La oferta en el mercado es muy amplia y si no somos expertos, empiezan a surgirnos dudas de cuál será el mejor y que además, no consuma una barbaridad.
Una elección minuciosa y a conciencia te puede ayudar a ahorrar hasta un 50% en la factura de luz. Aquí, lo que tenés que tener en cuenta:
- Preferí siempre aquellos que tengan termostato: una vez que alcanzan la temperatura ideal en el ambiente, cortan solos, evitando así un derroche de energía.
- No uses calefacción en habitaciones vacías: parece una obviedad pero muchas personas dejan las estufas encendidas para 'que estén calentitas' aún cuando se van de casa. Lo ideal es calefaccionar sólo aquellos ambientes de uso frecuente.
- Si vas a comprar un calefactor, elegí aquellos que tengan etiqueta de eficiencia A o superior.
- Tené en cuenta el tamaño del ambiente a calefaccionar antes de comprar: si el artefacto es demasiado chico, va a requerir más energía y tiempo de uso para calentar el espacio. Los caloventores o paneles cerámicos por ejemplo, sirven para ambientes pequeños; los convectores o infrarrojos para espacios medianos y estufas, radiadores o aire acondicionado para los más amplios.
- Hacer mantenimiento anual de los calefactores: ya que si funcionan correctamente, el nivel de consumo será el indicado. Un aire acondicionado con el filtro sucio, por ejemplo, trabajará el doble para llegar al mismo resultado.
Pero el ahorro no sólo queda limitado a la decisión de compra sino también al uso. Recordá que cada grado que le subís al calefactor, implica alrededor de un 7% más de consumo. Controlá siempre que los 'escapes de calor', es decir que las ventanas cierren bien, que las puertas tengan burletes, etc. También recordá que los días en los que sube la temperatura, son muy buenos para que los artefactos descansen: abrí bien las ventanas y ventilá los ambientes.