Netflix volvió a conquistar a su audiencia con una de esas historias que combinan suspenso, crimen y realidad. La Viuda Negra, una producción española que ya se encuentra entre lo más visto en la plataforma en Argentina, toma como base un escalofriante hecho real que conmocionó a toda España en 2017. Lo que empieza como un thriller con tintes clásicos de traición y engaño, pronto se revela como un retrato fiel de uno de los crímenes más fríamente calculados de los últimos años.
La película, dirigida por Carlos Sedes, gira en torno al asesinato del ingeniero Antonio Navarro Cerdán, ocurrido en Valencia. En una mañana común, Antonio bajó al garaje de su edificio para ir a trabajar y nunca volvió. Fue atacado con una violencia brutal: varias puñaladas que le perforaron órganos vitales. Sin testigos, sin cámaras, y con sus pertenencias intactas, la escena del crimen parecía sacada de una novela negra. Pero lo que parecía un robo al azar pronto mostró otra cara: la de una traición íntima.
Las sospechas comenzaron a centrarse en María Jesús Moreno Cantó, conocida como “Maje”, la esposa de la víctima. Su relato inicial ante la Policía parecía sólido, pero con el correr de los días empezó a desmoronarse. Las contradicciones se hicieron evidentes y, tras investigar su entorno, los agentes descubrieron que Maje llevaba una vida oculta. Mantenía múltiples relaciones paralelas, una de ellas con Salvador Rodrigo, compañero de trabajo, casado y veinte años mayor.
Convencido por Maje de que Antonio era un obstáculo para su felicidad, Salvador fue quien terminó ejecutando el asesinato. Lo hizo creyendo que con ese acto sellaba un futuro junto a ella. Pero la historia no tardó en enredarse aún más: la Policía había intervenido el teléfono de Maje y grabó una conversación clave en una cafetería, donde ambos hablaban del crimen en detalle. Esa prueba fue fundamental para avanzar con la detención y esclarecer el plan detrás del homicidio.
Con el avance del caso, se revelaron otros móviles, además del sentimental. Maje estaba al tanto de varios seguros de vida a nombre de Antonio, así como de una futura herencia y una pensión por viudez. Todo indicaba que el asesinato no fue un impulso pasional, sino un plan premeditado con múltiples intereses. En enero de 2018 ambos fueron arrestados. En un primer momento, Salvador se declaró único responsable, pero luego, al enterarse de los otros amantes de Maje —incluso dentro de la cárcel—, cambió su versión y la señaló como la mente detrás del crimen.
El juicio se realizó en 2020 y terminó con una condena ejemplar: Maje recibió 22 años de prisión, mientras que Salvador fue sentenciado a 17, aunque con una reducción por su colaboración. La crudeza del caso, conocido como el “Crimen de Patraix”, sigue generando escalofríos. Ahora, gracias a su adaptación cinematográfica, vuelve a estar en boca de todos, recordándonos que, a veces, la realidad puede ser aún más perturbadora que la ficción.