Antes de que ocurriera lo que ocurrió, Magalí Gil estaba a la espera de saber si Diego Maradona era efectivamente su padre. Había iniciado una acción de filiación para que el diez se hiciera un ADN y, de coincidir, la reconociera como séptima hija.

La chica de 26 años se enteró que podría ser hija de Maradona en febrero de 2019. Su madre biológica la abandonó cuando nació, pero en 2018 la llamó diciéndole que quería verla. Unos meses después, Magalí y la mujer se reunieron y la madre le confesó que su padre biológico era Diego.

Matías Morla sabía de la situación y el propio Maradona también. El letrado del diez había deslizado que como supuestos hijos no reconocidos de Diego "en la Argentina están Santiago (Lara, un joven de La Plata) y una persona más. Estamos hablando de 2001, seis años para atrás".