Nada mejor que una buena taza de chocolate caliente en las tardes de frío y si se acompaña con algo rico, éxito asegurado. Te dejamos el paso a paso para que te salga cremoso y perfecto.
1- Comprá un chocolate de buena calidad: parece una premisa obvia pero a veces recurrimos 'al que tenemos a mano'. No está mal pero mientras mejor sea la materia prima, más rico será el producto final.
2 - Hacelo sin apuro: que la ansiedad no te gane a la hora de calentar la leche. Lo ideal es hacerlo lentaente, a fuego mínimo para evitar que se queme o se pegue.
3 - Picá el chocolate: siempre. No importa si elegiste la versión lingote, en barritas, en monedas... cortarlo de forma pareja te permitirá que se funda de manera uniforme, sin grumos.
4 - ¿Te gusta el toque extra de cremosidad? Podés sumarle una cucharada de fécula de maíz previamente disuelta en un poco de leche fría para evitar grumos o bien, un poco de crema de leche para el 'toque' final.