La pregunta ¿Qué hago de comer? nos toca a casi todos. Ya sea que vivamos solos o en familia, planear menúes no siempre es posible y llega la hora de cocinar, lo que a veces termina en delivery o una comida muy sencilla que no termina de satisfacer.
Con un par de horas en la semana, es posible adelantar pasos en la elaboración de las comidas e incluso, tener listos algunos alimentos preparados de forma sabrosa en la heladera. Un ejemplo son las verduras horneadas.
Una vez listas, solo queda reservarlas en recipientes herméticos en la heladera. Se pueden usar como rellenos, guarniciones, mezclarlas con pastas o arroz cocido, hacer tortillas o gratinar, por ejemplo.
Estos son dos ejemplos de cómo podemos hacerlas. Necesitamos vegetales surtidos, papel de cocina, aceite, sal y condimentos a nuestro gusto.
Estos son algunos tips para hacer todo más fácil.
Agrupar verduras que se cocinen en tiempos similares o resolverlo cortándolas de distintos tamaños, para que se cocinen todas en un plazo parecido.
Cortar todas las verduras mientras precalentamos el horno, que debe estar a temperatura media.
Añadir un medio graso para que adquieran un tono dorado y más sabor. Para ello es muy práctico ponerlas en un recipiente donde podamos condimentarlas, agregar aceite y mezclarlas, de forma que queden impregnadas.
Podemos cubrir la fuente con papel aluminio la primera media hora de cocción, para que conserven más sus jugos, o cocinarlas destapadas, eso es a gusto.
No es necesario moverlas durante la cocción.
Si no queremos utilizar papel de cocina, lo recomendado para que no se peguen es calentar la asadera previamente en el horno, luego ponerle las verduras ya aceitadas y condimentadas, distribuirlas y enseguida volver al horno. Las papas, batatas, calabaza, zanahorias y cebollas son perfectas para este método.