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Preparar un cheesecake nunca fue tan fácil. Con solo cuatro pasos y en apenas 15 minutos, podés hacer una versión en vaso que conserva toda la cremosidad y el sabor del clásico postre, pero sin necesidad de usar el horno. Ideal para sorprender a tus invitados o para darte un gusto sin complicaciones, esta receta rápida y práctica se convertirá en una de tus favoritas.
Ingredientes:
- 200 gramos de galletas tipo digestive o de avena.
- 100 gramos de mantequilla derretida.
- 250 gramos de queso crema.
- 200 gramos de nata para montar (crema de leche).
- 100 gramos de azúcar.
- 1 cucharadita de extracto de vainilla.
- Mermelada de frutos rojos o la fruta de tu elección para decorar
Preparación:
- Base de galletitas: triturá las galletitas hasta obtener un polvo fino. Mezclalo con la mantequilla derretida hasta que se forme una masa homogénea. Distribuí esta mezcla en el fondo de los vasos, presionando ligeramente para formar una base compacta.
- Crema de queso: en un bowl, batí el queso crema con el azúcar hasta que esté suave y cremoso. Agregá la nata para montar y el extracto de vainilla, y batí hasta que la mezcla esté bien integrada y con una consistencia esponjosa.
- Montaje: distribuí la crema de queso sobre la base de galleta en los vasos. Podés ayudarte de una manga pastelera para un acabado más limpio y profesional.
- Decoración: cubrí la crema de queso con una capa de mermelada de frutos rojos o la fruta de tu elección. Podés decorar con trozos de frutas frescas, ralladura de limón o hojas de menta para darle un toque extra.