En tiempos en que las redes sociales parecen dictar cómo debemos vernos, un grupo de influencers argentinas decidió apostar por la naturalidad. Detrás de esas fotos que parecen sacadas sin esfuerzo, hay pequeños trucos que hacen toda la diferencia: una buena luz, una pose relajada y la confianza como toque final.
El primer secreto, y el más importante, es la iluminación. La luz natural —especialmente la de la mañana o del atardecer— es la más favorecedora. Evita sombras duras, suaviza la piel y realza los rasgos sin necesidad de filtros. Muchas de ellas buscan el famoso “golden hour”, ese momento en que el sol da un brillo cálido y envolvente.
El segundo truco está en la postura. En lugar de mirar directo a la cámara, las influencers prefieren ángulos naturales: girar apenas el cuerpo, relajar los hombros y jugar con las manos o el cabello genera un efecto más auténtico y espontáneo. No se trata de posar, sino de moverse con naturalidad.
Otro detalle fundamental es el encuadre. La cámara a la altura de los ojos o un poco más arriba estiliza el rostro y evita distorsiones. Además, cuidar el fondo —usando tonos neutros o paisajes simples— ayuda a que la atención se centre en vos y no en lo que hay detrás.
En cuanto al maquillaje, menos es más. Las fotos naturales lucen mejor cuando la piel respira, el cabello se mueve libre y los gestos son reales. El brillo en los labios, una sonrisa ligera o una mirada relajada valen mucho más que cualquier filtro.
También hay un componente emocional: las fotos más lindas no son las más perfectas, sino las que transmiten energía positiva. Las influencers lo saben y, antes de sacar una foto, buscan sentirse bien, cómodas, conectadas con el momento. Esa vibra se nota, y es lo que realmente engancha.
La clave está en mostrar lo que sos sin miedo al detalle. No hace falta esconder imperfecciones ni seguir tendencias imposibles. La autenticidad es el nuevo filtro: el que nunca pasa de moda y resalta lo más lindo de cada persona.
Así, las influencers argentinas enseñan que una buena foto no necesita edición, solo buena luz, actitud y un toque de confianza. Porque cuando te sentís bien con vos misma, la cámara siempre lo refleja.