Opción A: La puerta de madera antigua con hierro forjado
Si te atrajo esta puerta, probablemente en otra vida fuiste alguien vinculado a la tradición y la protección. Un guardián, un monje o una figura que cuidaba secretos importantes. Tu alma tiene una fuerte conexión con lo ancestral y lo espiritual.
Opción B: La puerta roja brillante con detalles dorados
Esta elección refleja pasión y valentía. En una vida pasada fuiste un guerrero, un líder o alguien que no dudaba en luchar por lo que quería. Hoy tu energía conserva esa intensidad, y por eso no pasás desapercibido.
Opción C: La puerta azul con vidrios que dejan pasar la luz
Si elegiste esta, tu vida pasada estuvo ligada al arte, la creatividad y la comunicación. Tal vez fuiste pintor, músico o escritor. Tenés un alma sensible que todavía busca expresarse y dejar huella a través de lo que creás.
Opción D: La puerta negra con símbolos tallados
Esta opción indica que en otra vida fuiste alguien muy conectado al misterio: quizá un sanador, una bruja, un astrólogo o alguien que trabajaba con lo oculto. Hoy conservás ese magnetismo especial que atrae a los demás.
Opción E: La puerta blanca, simple y luminosa
Si elegiste esta puerta, en otra vida fuiste un viajero, un explorador o alguien que buscó siempre nuevos horizontes. Tu alma trae la memoria de los caminos recorridos y una necesidad constante de libertad.
Al final, más allá de cuál puerta hayas elegido, lo importante es el viaje interior que propone este tipo de juegos. Cada respuesta nos invita a imaginar, a conectar con partes de nosotros mismos que a veces no vemos y a reírnos un poco de la posibilidad de haber sido algo distinto en otra vida. Lo esencial no es comprobarlo, sino disfrutar la magia de dejarse llevar por la intuición.