¿CUÁL ABRÍS?

Test: elegí una puerta misteriosa y revelaremos quién fuiste en una vida pasada

Se dice que los objetos que elegimos sin pensarlo demasiado revelan recuerdos guardados en el alma. Imaginá estas puertas misteriosas, quedate con la que más te atraiga y descubrí qué rol tuviste en otra vida según la elección que hagas.

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Opción A: La puerta de madera antigua con hierro forjado

Si te atrajo esta puerta, probablemente en otra vida fuiste alguien vinculado a la tradición y la protección. Un guardián, un monje o una figura que cuidaba secretos importantes. Tu alma tiene una fuerte conexión con lo ancestral y lo espiritual.

Opción B: La puerta roja brillante con detalles dorados

Esta elección refleja pasión y valentía. En una vida pasada fuiste un guerrero, un líder o alguien que no dudaba en luchar por lo que quería. Hoy tu energía conserva esa intensidad, y por eso no pasás desapercibido.

Opción C: La puerta azul con vidrios que dejan pasar la luz

Si elegiste esta, tu vida pasada estuvo ligada al arte, la creatividad y la comunicación. Tal vez fuiste pintor, músico o escritor. Tenés un alma sensible que todavía busca expresarse y dejar huella a través de lo que creás.

Opción D: La puerta negra con símbolos tallados

Esta opción indica que en otra vida fuiste alguien muy conectado al misterio: quizá un sanador, una bruja, un astrólogo o alguien que trabajaba con lo oculto. Hoy conservás ese magnetismo especial que atrae a los demás.

Opción E: La puerta blanca, simple y luminosa

Si elegiste esta puerta, en otra vida fuiste un viajero, un explorador o alguien que buscó siempre nuevos horizontes. Tu alma trae la memoria de los caminos recorridos y una necesidad constante de libertad.

Al final, más allá de cuál puerta hayas elegido, lo importante es el viaje interior que propone este tipo de juegos. Cada respuesta nos invita a imaginar, a conectar con partes de nosotros mismos que a veces no vemos y a reírnos un poco de la posibilidad de haber sido algo distinto en otra vida. Lo esencial no es comprobarlo, sino disfrutar la magia de dejarse llevar por la intuición.