Si se te manchó su prenda favorita con el café de la mañana o se te cayó el mate encima, tomá nota de estos truquitos para limpiarla sin dañar los tejidos
- Jabón blanco o detergente suave: amigo incondicional a la hora de salvar las prendas. Humedecé la mancha y frotá por encima con el jabón blanco. Frotá con un cepillo de cerdas suaves, dejá actuar unos minutos y enjuagá bien. Repetí si es necesario y luego lavá normalmente.
- Limón con sal: fórmula ideal para prendas de tonos claros o manchas difíciles, de esas que descubrís después de unas horas. Exprimí unas gotas de limón sobre la mancha y espolvoreá encima con sal fina. Frotá suavemente con cepillo, dejá actuar unos minutos al sol y lavá la prenda con normalidad.
- Vinagre blanco y bicarbonato: otra mezcla efectiva para las manchas más difíciles. Poné bicarbonato sobre la mancha y luego agregá unas gotas de vinagre blanco. La efervescencia ayuda a levantar la suciedad. Frotá despacio, dejá actuar antes de lavar la prenda normalmente.
Recordá que estos trucos funcionan mejor con manchas recientes. No intentes lavar la prenda directamente antes de hacer alguno de estos procesos ya que la mancha podría fijarse aún más.