Cuando hace un par de años acusaron a Aníbal Lotocki por primera vez de una presunta mala praxis, Pamela Sosa se convirtió en una de sus máximas defensoras delante y detrás de las cámaras. Aunque en ese momento era su pareja (y lo fue durante 8 años), ella aseguraba que podía confiar en él con los ojos cerrados.
Pamela fue paciente de Lotocki e incluso, se realizó con él más de una decena de cirugías, retoques y tratamientos y en todos los casos, con mucho éxito. Así fue como sostuvo su defensa aún después de su conflictiva ruptura.
Pero cuando estalló el caso de Silvina Luna, algo hizo clic dentro suyo y su testimonio fue menos efusivo. Ahora que la polémica vuelve al ruedo a raíz del caso de Gabriela Trechi, Pamela opta por alejarse del ojo del conflicto. "Yo no pongo las manos en el fuego por nadie. Trato de mantenerme al margen porque es un tema que tendrá que tratarse en la Justicia, es muy delicado", le confió a Pronto.
"Durante el tiempo que viví dentro de la clínica no vi nada raro. Si Lotocki es culpable de haber provocado estos problemas a la paciente, que se haga lo que tenga que hacer. Son muchas las denuncias aunque ningún caso fue comprobado... hasta ahora no tiene ninguna culpa. Pero no soy médica ni especialista, no pongo las manos en el fuego por nadie".