Desde que se casó con el Príncipe Harry de Inglaterra, Meghan Markle vive dividida entre un cuento de hadas y una pesadilla. Aunque se convirtió en duquesa, miembro de la familia real más importante del mundo y tiene una vida de lujos y cargada de trabajo que a ella siempre le apasionó, también tiene que soportar que día tras día, su padre, Thomas Markle, y sus medio hermanos Samantha y Thomas Jr hablen barbaridades de su persona en los medios y las redes sociales. Esta dualidad en la vida de Meghan fue lo que llevó a Doria Ragland, su mamá, a tomar una importante decisión: abandonar para siempre los Estados Unidos y mudarse a Londres, para estar más cerca de Meghan y más lejos de su ex.
La mujer de de 61 años se mudará desde Los Ángeles a la capital inglesa y está muy emocionada de poder vivir junto a su hija y su nueva familia. De acuerdo a los informes, Doria quedó “profundamente impresionada” por la familia real, especialmente la Reina, durante y después de la boda en el Palacio de Windsor, por la muy buena bienvenida que le dieron a su hija a su familia pero también por la simpatía que mostraron hacia ella y que quedó evidenciada en la boda.
Doria, a diferencia de Thomas, mantiene un diálogo constante con la flamante duquesa de Sussex y hasta ha recibido visitas de ella y el Príncipe Harry antes de la boda, y el Príncipe mantiene un excelente diálogo con ella. Además, la mujer se mantiene alejada y sin dar siquiera una palabra a los medios de comunicación, que la han buscado sin cesar desde que se supo que su hija estaba en pareja con el hijo de Lady Di.