SE CASÓ CON ÉL A LOS 18

Nazarena Vélez se animó a contar por primera vez el verdadero motivo por el cual se separó del papá de Barbie

La relación de amistad que mantienen hizo que sus seguidores le preguntaran por qué no seguían juntos y ella no tuvo problemas en despejar dudas.

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Escrito en ESPECTÁCULOS el

Hace años que Nazarena Vélez se separó de su primer marido, Alejandro Pucheta con quien tuvo a Barbie. La pareja se formó cuando ambos eran adolescentes y se casaron por civil y por iglesia en 1992, ni bien terminaron el secundario, pero la cosa no duró mucho tiempo.

El tema es que con el tiempo, lograron formar una relación de amistad tan fuerte que incluso él la acompañó en momentos muy duros como la muerte de Fabián Rodriguez. Alejandro, de algún modo, acompañó al pequeño Thiago y forjó con él una relación casi paternal que Nazarena siempre le agradece. Tal es así que muchas veces, se llevó de vacaciones al pequeño sin su mamá y ella confiaba en que estaba en las mejores manos.

Todo esto hizo que los seguidores le preguntaran el motivo por el cuál se habían separado dado que, desde afuera, de los veía como la pareja perfecta. "¿Infidelidad o falta de amor?", fue la duda más recurrente y Nazarena no esquivó el bulto. "La realidad es que ninguna de las dos cosas. Yo simplemente no tuve ganas de remarla... éramos muy chicos. Imaginense que si soy así de impulsiva a los 47 años, lo que era a los 19... fue más que nada por eso".

Hoy por hoy, Nazarena está enamoradísima de Santiago Caamaño, que también se lleva perfecto con Pucheta. Lo que se puede decir, una familia ensamblada. 

Hace algunos también Alejandro se refirió al tema en una entrevista con la Revista Pronto realizada por Nicolás Peralta. Habló de cómo se conocieron y a por qué se separaron.

-¿Cómo y cuándo conociste a Nazarena?
-Yo tenía 17 y ella, 16. Los dos somos de Quilmes pero no nos conocíamos. Somos del barrio La Florida, todos los años se hace un festival en el que se elige a la reina y ese año se postuló Nazarena y fue coronada reina. Tenía el pelo cortito como Araceli González, hacía publicidades y era una chica hermosa. Nos cruzamos, nos miramos y nada hasta que una amiga me comentó: “Che, Ale, la chica que salió reina me dijo que le gustabas”.


-¿Cómo reaccionaste?
-No lo podía creer. Le pregunté a mi amiga cómo podía cruzármela. Calculá que no existían los celulares ni las redes sociales y no tenía ni un dato de ella. “Va a tal colegio y a tal hora la podés cruzar en la parada del colectivo”, me dijo mi amiga. Le hice caso, empecé a montar guardia en la parada del 263 que iba al centro de Quilmes y a la semana me la encontré. La crucé, empezamos a hablar arriba del bondi y pegamos onda. Un domingo la acompañé a ATC al programa de Sofovich donde ella empezaba como cuponera y nos pusimos de novios.


-¿Cómo fue ese romance?
-Muy naif. En su casa eran muy conservadores y su mamá le había inculcado que tenía que casarse virgen. Así fue: no tuvimos sexo hasta que nos casamos. De hecho, a modo de chiste ella siempre dice: “Alejandro se casó solo para tener sexo conmigo”. Tenía 18 años e imaginate que estaba desesperado con semejante mina al lado y sin poder tocarla. Nos casamos por civil e iglesia, los dos queríamos ser padres jóvenes y al año empezamos a buscar. Barbie llegó rápido. 

-¿Y también se separaron rápido?
-Sí. Era pendejo, me sentía piola, creía que me las sabía todas y no era así. Cuando Barbie cumplió el año nos separamos.
Éramos chicos, yo era celoso y los dos teníamos la escuelita de que el hombre tenía que trabajar y la mujer quedarse en la casa criando a los hijos. Naza me dijo que sí al comienzo pero empezó a tener muchas ofertas de laburo, una carrera en ascenso y a mí no me gustaba lo que hacía. Me di cuenta de que no estaba tan enamorado como pensaba, a ella le habrá pasado lo mismo y
nos separamos. 

-¿Les costó?
-Sí y no. Cuando notamos que no la estábamos pasando bien juntos, los dos dijimos: “Separémonos”. Recuerdo que le festejamos el primer añito a Barbie en casa y cuando se fueron todos los parientes, no me sentía bien. “Nazarena, la careteamos todo el día en el cumple, ya está, separémonos”, le dije y cortamos en buenos términos. Nos separamos re bien, jamás tuve lío para ver a la nena, nunca un pero ni un sí ni un no. Por eso siempre hablo maravillas de Nazarena.

-¿Vos te fuiste de la casa?
-Sí, como correspondía. Ella se quedó en esa casa que era de mi abuela hasta que se mudó a Caballito con la nena. Al tiempo conoció a Agostini, se puso de novia, se casó y nos divorciamos antes de eso para que pudiera hacerlo sin problemas. Llegó Gonzalito y nosotros nunca cortamos el vínculo. Tampoco intentamos volver nunca.