"Por primera vez me miró, se levantó, fue hasta una agenda en la que tenía un número anotado, me lo dio y me dijo: 'Mirá, ella trabaja con adictos, andá verla. Ahí arrancó mi recuperación el 29 de diciembre del 2007". Así contó Gastón Pauls cómo empezó el primer día del resto de su vida, ese en el que finalmente encontró una pequeña luz para ver una salida a 20 años de un derrotero de cocaína, oscuridad y autodestrucción. La mujer que le dio el papel fue Agustina Cherri con quien luego tuvo dos hijos -Muna y Nilo- y de quien se separó en 2014.
Fue en el programa Seres libres que Pauls conduce donde se realizó una entrevista a si mismo y durante casi una hora de confesión, narró desde el alma su infierno y su resurrección. "Yo creo que si no hubiera pedido ayuda Dios, no hubiese llegado a ese fondo final que fue pedirle ayuda a otro ser humano. Cuando entré al grupo anónimo la primera vez fui con muchísimo miedo. Le pedí a Rocío una amiga mía, "acompañáme porque estoy aterrado". Literalmente entré de su mano al grupo, se abrió la puerta y estaba en un lugar donde había 30 personas sentadas", comenzó relatando Pauls su ruta de sanación.
"En un momento preguntaron si para alguien de todos los que estábamos ésta era la primera reunión y dije 'yo' y me empezaron a aplaudir. A mí me habían aplaudido algunas veces por como actuaba, también me habían silbado, pero alguna vez me habían aplaudido. Pero ese aplauso nunca lo había recibido en la vida porque me estaban aplaudiendo por la vida. Me estaban aplaudiendo por los huevos para pasar la puerta y reconocer que tengo una enfermedad. Porque no es tan fácil pasar esa puerta... pero la pude pasar, entré y me dijeron dos o tres cosas, que a mí me salvaron la vida", continuó.
Después enumeró esas tres frases que le sirvieron de guía en ese recorrido:
1) "No estás más solo". Para mí ese era el problema, que yo me sentía solo a pesar de que tenía un montón de gente alrededor. Hay amigos, familiares, un montón de gente que quiere, que me quería bien, pero yo sentía que no podía hablar con nadie del problema que tenía, de la enfermedad que tenía. Dije, "listo, acá encontré un lugar".
2) "Te vamos a querer hasta que aprendas a quererte". Y también ahí dije, "claro, todo esto en gran parte tiene que ver con la autoestima". Yo siempre tuve la autoestima baja en un montón de lugares de mí. Más allá de lo que yo pudiera mostrar o hacer, en realidad tenía la autoestima baja y siempre quería agradar, y 'formar parte de...', y 'ser para'. Pero me dijeron que de ahora en más no tenía que hacer nada para nadie.
3) "Mientras tengas un compañero a tu derecha y otro a tu izquierda, no vas a tener manos para tomar más merca". Más allá de lo difícil que es la vida a veces, siento que hace muchos años que estoy acompañado y que no tengo ganas de volver a un lugar que sé que directamente tiene que ver con la muerte, a pesar de que nos la vendan de otras maneras y y que nos digan otras cosas. Yo ya sé que tiene que ver con la muerte y lo seguí comprobando porque desde que yo estoy en recuperación se murieron tres o cuatro amigos míos más, gente que tuvo recaídas, que estaba en los grupos conmigo y se la puso y se murió. Entonces no, yo no tengo dudas ya, por dónde pasa la vida".