A los 48 años, Connie Ansaldi luce más vital y juvenil que nunca. Y aunque esto pueda sonar frívolo, para ella significa un gran elogio dado que es el resultado de un cambio profundo que viene implementando en su vida en el último tiempo. "Llegó un punto en el que me pregunté si quería ser joven toda la vida o no... y empecé a cambiar por completo mis hábitos", reconoció en LAM.
"Empecé a trabajar desde adentro porque sino, todo lo que te pongas en la piel de afuera no importa. En mi caso, cambié por completo la alimentación. Empecé con Florencia, mi médica, que me cambió la vida y en 6 meses, mis análisis de sangre se dieron vuelta", admitió.
"Yo estaba al borde de ser diabética, algo que le pasa a mucha gente pero no lo sabe. Dejé el azúcar, el aceite hidrogenado que tienen prácticamente todos los alimentos empaquetados y la leche de vaca", dijo y sumó: "Como todo lo que sea comida de verdad: carne, verdura, pescado, fruta, leche de almendras".
Además, toda la alimentación va acompañada de un buen descanso: "Tengo un anillo que me controla el sueño. Dormir es lo que más me cuesta porque soy muy noctámbula, me acuesto y me levanto tarde pero ahora intento no hacerlo más y me está dando resultado".