Después de un año sin poder trabajar como actriz, Silvia Kutika aceptó la propuesta de volver al teatro y estrenó la obra El cuarto de Verónica, de Ira Levin. La artista, pareja del también actor Luis “Pipo” Luque, protagoniza esta pieza en el Teatro La Mueca (Cabrera 4255) los sábados y domingos a las 21 y en el elenco también están Fabio Aste, Antonia Bengoechea y Adrián Lazare. “Es una obra que fue premiada mundialmente y muy pocas veces se hace este tipo de género, que es el suspenso y misterio. Cada vez que pensás que tenés resuelta la historia, te la damos vuelta y no es. Hay laburos increíbles”, se entusiasma Silvia en diálogo con Pronto.
-¿Cómo te llegó la propuesta de la obra?
-Me mandó un mensajito la directora, Virginia Magnano, y me preguntó si me interesaba. Me la mandó, no pude parar de leerla y dije: “Esta obra la quiero hacer sí o sí”. No me importaba de qué manera y desde que comenzamos con los ensayos, fue todo con mucho cuidado. Es una obra hermosa, el autor es el mismo de El bebé de Rosemary y es una pieza de suspenso y misterio. Por momentos es terrorífica y dije que sí. Hace rato que estaba buscando una obra de este tipo. No sabía muy bien qué pero sabía que me iba a llegar, ¡y llegó!
-¿Qué significa para vos volver al escenario?
-En un año tan atípico, es una bendición. Ya sentía la falta y nunca había estado un año sin trabajar. Hace 40 que trabajo y nunca me pasó. Sí pasé algunos meses parada pero nunca un año. Creo más en Dios pero no tanto en los santos y esta vez me encontré pidiéndoles a los santos. Una amiga me mandó una cosa de santos y les pedí por la salud de la familia y también que me llegara un laburo que amara. Y llegó esta obra, que me tiene fascinada.
-¿La gente está apoyando?
-Es un momento raro y espero que la gente se anime a ir más al teatro. A mí me costó decidir salir a ensayar y entonces entiendo el temor de la gente. Para llevar tranquilidad, la sala está con todos los protocolos, se recibe la cantidad de personas autorizada, todos separados, se les toma la fiebre y se les da alcohol en gel. Es todo con el cuidado absoluto y espero que la gente nos acompañe. Estamos con una cooperativa, es teatro independiente y necesitamos más ayuda y apoyo. Las estradas son accesibles, cuestan 650 pesos y en algunos casos se hacen 2x1. Espero que la gente se anime y que el miedo no nos paralice. Hay que cuidarse muchísimo y también animarse.
-¿Cómo llevás este momento de la pandemia?
-Con Pipo nos pusimos manos a la obra. Un amigo nos está arreglando la casa y nosotros nos pusimos a correr muebles de lugar y a reordenar. Pipo está interviniendo unas botellas con tuercas, manijas y cosas que va encontrando, inclusive en la calle. Está haciendo unas botellas hermosas, con un laburo increíble. Compone para su banda y toca algunos instrumentos. Y yo me puse a darle más a mis cuadros, a la pintura y estoy pintando mucho. Hice fileteados en una guitarra de un amigo y estoy pintando flores en botellas. Adelanté cuadros que tenía por la mitad.
-O sea que están activos.
-Sí, re. Tomamos la pandemia sin desesperarnos y hacemos cosas creativas. Leemos, miramos películas pero no miramos series; no nos enganchamos por ahí. Dentro de toda la locura, la pasamos bien, haciendo lo que podemos y trabajando la imaginación y la cabeza.
-¿Qué esperás para este año?
-Que todos tengamos salud, que podamos vencer al COVID-19 y que todos nos podamos vacunar. Es un poco lo que deseamos todos: que la gente no se contagie más y que podamos volver a una relativa normalidad. Si es como la de antes, fantástico: con los besos, los abrazos y las reuniones. Espero eso y sino que sea más suave que el año pasado. Espero que haya mucho trabajo y en mi caso no puedo pedir mucho más porque estoy actuando y tenemos la posibilidad, más adelante, de trabajar juntos con Pipo en otra obra. Es sobre Picasso y tengo algo de tele dando vueltas. La familia está espectacular y mi hijo, Santiago, se acaba de casar así que ganamos una integrante más en la familia: Vicky, su mujer. Pido lo mejor para todos, que nos vaya espectacular y que cumplamos nuestros sueños.