A CORAZÓN ABIERTO

Any Ventura y su triste infancia: "Me sentí una niña no querida, tuve que hacer mucha terapia para superarlo"

La periodista de Bendita reconoció que recién fue feliz cuando se fue de la casa de sus padres. Un hogar en el que se sentía sapo de otro pozo y una madre "a la que nada de lo que hacía la conformaba"

Por
Escrito en ESPECTÁCULOS el

Any Ventura observó la foto de cuando era chica que le mostró Tomás Dente en la apertura de su programa Vino para vos en KZO y supo que no podía mentir, que no iba a ceder a la tentación de narrar una infancia feliz que no había sido tal.  “Voy a ser absolutamente sincera, estas fotos tienen más amor en las fotos que en la realidad. Yo no siento que tuve ni una infancia ni una primera juventud muy amorosa ni muy placentera ni muy divina. Yo empecé a ser feliz una vez que tuve hijos (Federico -47- y Florencia -42- de su primer matrimonio y Micaela -37- del segundo) una vez que me fui de la casa de mis padres. Ahí sentí que tenía mi libertad. Durante mi infancia me sentía como una niña no querida, me sentía como una chiquita a la que los padres la podían poner para la foto pero no me sentía protagonista. Tuve que hacer mucha terapia para superar esta nena que se sentía no mirada, no querida, y que se sentía que estaba en una familia a contramano de la historia. Yo no les cumplía los patrones ni las pautas ni los deseos de esa familia. Yo era una especie de revolucionaria y guerrillera en una familia que era tradicional y entonces esto hizo que fuera más feliz cuando pude independizarme de esa familia.”

Su papá, Jaime Samuel Ventura, era empresario textil y había venido de Bulgaria. Su mamá, Beatriz, periodista y trabajó en La Prensa y El Cronista comercial. Después fue secretaria y mano derecha de Carlos Gorostiza en la época de Alfonsín y dirigió junto con Manuel Antín la Facultad de Cine. Como tantos inmigrantes que sufrían el desarraigo, Jack, como todos lo llamaban, amaba narrarle historias de su país natal. Y como en aquella maravillosa película El Gran Pez, de Tim Burton, aquellos relatos que Any escuchaba de chica en algún momento creyó que eran pura ficción. "Mi papá vino por la guerra de Bulgaria, era un personaje muy interesante, nos contaba las historias de su vida... Pero yo estaba acostumbrada a estar entre chicas cuyos padres eran de España o de Italia pero de Bulgaria no se sabía ni que existía. Estaba detrás de la Cortina de Hierro, sentía que mi papá me estaba inventando una historia hasta que descubrí que era verdad. A tal punto es verdad que cuando cayó el Muro de Berlín mi familia le hizo juicio al gobierno búlgaro para que le devolviera los bienes que le había sacado el comunismo y a la familia Ventura el gobierno búlgaro nos indemnizó. Ahí mi papá ya se había muerto, fue en el 82, y yo me dije “uy viejo la verdad que tenías mucho para contar y te escuchamos poco”.

Al hablar de su padre lo hace con nostalgia y afecto. Un poco por lo que vivió y mucho por lo que pudo haber sido. "Extraño a mi papá un montón, pero porque siento que él pudo o podría haber apreciado a esta Any que soy hoy. Cada vez que hay algo bonito en mi vida siento que está mi papá como ángel de la guarda cuidándome. Soy una mina que se hizo sola, que la peleó, pero digo ese papá, con esas historias de Bulgaria que nadie conocía era difícil. Encima de una ciudad que se llama Rusckuk… Hasta que no apareció el Premio Nobel de Literatura Elías Canetti no se sabía nada. Pero sí, lo extraño. Sé que su mirada sobre esta que soy hoy le hubiera gustado.”

 

Y cómo se explica entonces esa infancia tan infeliz con un padre al que recuerda con cariño? Hace dos años en una entrevista para la revista Pronto, la periodista contó: "Era la rara de mi casa. ¿Viste la película Cría cuervos? Es la historia de una nena que todo el tiempo mira y juzga. Durante años me sentí como esa nena: miraba y no me gustaba lo que veía en mi casa. No me gustaba ser de clase media alta. Envidiaba a las chicas de la facultad que vivían en lugares muy humildes y se iban de picnic por Palermo. A mí los fines de semana me llevaban a quintas aunque no quisiera. Prefería ser amiga de todos los hijos de los encargados de los edificios de la cuadra. Era muy rebelde y mis papás me querían matar. 

Any junto a su mamá
y su hermano

Pero si hay que fijar el punto decisivo donde ancla el recuerdo triste de su infancia, es en la relación con Beatriz, su mamá. Asi le contó a Dente sobre ese vínculo que tanto la mortificó: "Hoy mi mamá es una señora muy tranquila, inofensiva, la mejor mamá que puedo tener hoy. Pero durante mucho tiempo fue una relación muy difícil porque siempre tenía hacia mi una especie de dedito levantado. Siempre me comparaba con chicas más lindas, con chicas más flacas… Una vez hice una nota que fue famosa en su momento para la tapa de Somos, a Alejandro Lanusse. Hacía mucho que no hablaba, época de Menem. Se la muestro a mi mamá y me dice “a mi me hubiera gustado más Onganía”, que era el otro. Nada de lo que hice y hago, salvo ahora, la conformaba a mi mamá, eso fue doloroso. Nunca llegaba a cumplir sus expectativas."   

Durante la entrevista en Vino para vos, Ventura también habló de su relación de pareja con Fernando Feinsilber.