ENTREVISTA

Romina Gaetani: "Me encantaría formar una familia pero no sé en qué formato ni quién será el día de mañana mi pareja"

La actriz está abocada de lleno a las grabaciones de La 1-5-18, la nueva tira de El Trece, hace teatro por streaming con Roly Serrano y compone temas de su proyecto musical solista. Pero eso no le hace descuidar su vida personal.

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Romina Gaetani durante 20 años no paró de hacer novelas pero en 2015 sufrió la pérdida de su papá, comenzó a tener ataques de pánico y por la angustia que sentía se vio obligada a dar un paso al costado y bajarse de la tira Noche y día. “Necesitaba parar y la sanación la fui encontrando en el camino espiritual”, revela a Pronto. Hoy vive un regreso triunfal: está grabando la tira nueva de Pol-ka llamada La 1-5-18, actúa en la obra Dos velas con Roly Serrano los sábados a las 21.30 y está metida de lleno en su flamante proyecto musical solista. “Tener laburo en este contexto de pandemia es una bendición”, reflexiona. "Vivo este momento tan especial del mundo con subidones, bajones, con incertidumbres, todo muy intenso, con la alegría que te dan las cosas cotidianas y a la vez con el encierro, el aislamiento y el estar lejos del abrazo de personas queridas que se contagian. Lo vivo con personas queridas desocupadas, otras que pasan hambre y también con las que estamos bien y nos pasan cosas lindas. Son muchas cosas al mismo tiempo y por eso te hablaba de los bajones y los subidones. Incluso de los momentos en los que uno puede encontrar paz en este aislamiento", expresa la actriz que es la tapa de la edición digital de Pronto de junio (se puede leer completa de manera gratuita haciendo click aquí).

-En 2015 se juntó todo: falleció tu papá, comenzaste a sufrir ataques de pánico, te bajaste de la tira Noche y día, te apartaste del medio. ¿Cómo ves esa etapa cuando alumbrás hacia atrás?

-Como se mira todo momento de duelo. Si hablamos de la muerte de mi padre, era plena etapa de duelo, de distanciamiento… La vida misma. Cuando miro para atrás, no me arrepiento de nada. También miro todo con felicidad porque la muerte es parte de la vida. El crecer, el caerte y levantarte, equivocarte son parte del aprendizaje. No me gusta caer en frases comunes pero es real que me gusta transitar el camino más allá del resultado. Me gusta inclinarme a tratar de tener la mayor libertad posible, incluso en alejarme de tanta información y toda red social. Me alejé del mundo exterior para estar conmigo misma y para ver para qué lado seguir.

-¿Estabas desorientada?

-No. Con eso de para qué lado seguir me refiero a replantearme qué personas quería tener a mi lado y tantas otras cuestiones más, del tipo: ¿Estoy dando la vida por ser quien soy?, ¿qué vale la pena hacer y qué no? Pensaba: “Hoy soy actriz pero no sé si voy a querer seguir siendo actriz toda mi vida”. Sí o no, o tal sí pero de otro modo. Lo mismo con la música. Estoy muy abierta al paso de la vida.

-¿Te atemoriza el paso del tiempo?

-No, para nada. No le tengo miedo a la vejez ni a la muerte. Como todo el mundo, no me gustaría sufrir ni tener una enfermedad dolorosa, eso no. Sí tengo ganas de formar una familia, la que sea, ¿eh? No me refiero a la familia convencional.

-¿Apuntás a formar una familia?

-Sí porque vengo de crecer en una familia y me encantaría pero no sé en qué formato ni quién será el día de mañana mi pareja. Si voy a tener hijos o no, si voy a adoptar o no voy a adoptar, ¡no tengo la menor idea! Familias se arman y ya sabemos que la familia no siempre es la de sangre.

-¿Es un tema que te ronda en la cabeza?

-Sí pero lo vivo con tranquilidad y confiando también. Es muy difícil correrse, algunos momentos cuesta más que otros pero ahí es cuando respiro profundo, inhalo y exhalo y digo: “Bien, voy bien”. Siento que voy bien y ahí confío en mí y en que si existe algún destino para mí en el sentido de conformar una familia, bueno, bien, así será. Y serán las personas que tengan que ser. Ahí me corro un poco de la urgencia y del mandato patriarcal de la familia con la mamá, el papá, el hijo, si tiene un hermano mejor, el perro, la casa, el auto y las vacaciones. Me corro de la estructura de que la mujer solo sirve para ser madre hasta tal edad y sino, no sirve. Trato de correrme de eso y de deconstruirme. Es uno de los tantos temas de deconstrucción para con la mujer. Y con el hombre también. Con todes. Quitémosle peso al tema de que si no sos así, sos una mujer que no le sirve al sistema. Trato de correrme de eso todo el tiempo.

-¿En este pensamiento tiene que ver la terapia y la meditación que practicás?

-Pasé por todo tipo de terapias, adoro hacer terapia pero terapia convencional recién comencé hace dos años. Cuando era adolescente iba y venía con la terapia y después hice durante muchos años otra terapia no convencional, que tiene que ver con el camino espiritual. Estuve 9 años y fue lo más constante que hice. Es meditación y recuerdo que grababa Soy gitano de lunes a viernes y ya el viernes a la noche me internaba por todo el fin de semana entero en una escuela de meditación.

-¿Qué hacías?

-Talleres desde las 8 de la mañana hasta las 9 de la noche viernes, sábado y domingo. Me quedaba estudiando teórico y práctico, y después me tomaban examen a ver si había comprendido todo lo que había estudiado durante el día. Me hacían hacer pruebas.

-Qué contraste pasar de un set de tevé a este camino espiritual de tanto estudio.

-Lo que pasa es que mi esencia en mayor proporción es el camino de la verdad, podría llegar a decir. Estamos rodeados de tanta información que no es lo real, tanto que nos venden... Me considero una persona que entra a un estudio de grabación y soy la misma pero a la vez entiendo que le fui funcional al sistema de la fotografía, de la venta de revistas. Le fui funcional a vender un titular, siendo consciente y a la vez inconsciente de lo que hacía. Porque inocentemente hacía muchas notas en las que no me sentía del todo cómoda. Y si me sentía cómoda, después la veía publicada con un título y una foto que no se condecían. El titular no me terminaba de representar y la gente se quedaba con esa frase, una foto sexy y un titular entrecomillado que no tenía que ver con mi esencia.

-¿Te arrepentís de haberlo hecho?

-No me arrepiento de nada, aunque era polémico y si bien me reía 5 segundos, después no me daban ganas de leer la nota. Porque no me veía reflejada. Eso lo empecé a ver con claridad y me empecé a respetar en ese momento bisagra después de la muerte de mi padre. Dije: “Hacer notas o ir a ciertos programas por ir, a mí no me suma en nada”. Me sentía más cómoda adentro de mi casa que yendo a un programa a hablar por hablar. No subestimo a ningún medio para nada porque cuando uno está bien parado y sabe qué responder, puede dar una nota para cualquier lugar. No se me caen los anillos para con nadie. Pero elegí meterme para adentro y no tenía necesidad de salir a dar notas. Entendí que hay momentos en los que uno tiene que guardar silencio. Necesitaba sanarme y reinventarme. La sanación la fui encontrando en el camino espiritual.

-¿Y con tu imagen qué te pasaba?

-Algo similar a lo que te cuento. Hacía fotos sexys y ahora pienso que la gente diría: “¿Qué hace esta mina posando como una bomba sexy y hablando cosas tan ingenuas?”. Para mí nada era ingenuo pero quizás el de afuera quería escuchar algo más picante de mi boca y eso no sucedía. Era una mina ajustada y con extensiones hasta la cintura hablando de algo espiritual; ¡parecía que estaba cargando a alguien! Ojo: no reniego de eso porque también era la chica sexy y lo sigo siendo.

-¿Cómo te llevás con ese costado sexy?

-Bien, bien porque uno ya pega la vuelta. Me llevo bien con eso y nunca me enojé con ese lado porque sé que soy este envase también. De todos modos, entiendo también que con este envase pude hacer laburos muy diferentes, como Chiquititas o Verano del 98, ahora la obra Dos velas, la tira 1-5-18, La Rayada en música y ni hablar de las obras under que hice. Exceptuando Perfectos desconocidos en Carlos Paz, las obras de teatro en las que actué eran de texto, hasta en verso y en el San Martín, como Triste golondrina macho, Recordando con ira o Seda. Todos desafíos enormes, que tomaba sabiendo que no iba a vender un ticket y que no iba a estar en un lugar cómodo como actriz.