El pasado martes 15, la vida de Sabrina Ravelli cambió para siempre con el nacimiento de su primera hija, Ainhoa, fruto de su relación con Maximiliano Minoli. La beba llegó al mundo a las 21.59, pesó 3.200 kg y llenó de alegría el hogar de sus papás. Todo transcurría con normalidad hasta que el domingo pasado, Día del Padre, Ravelli y Minoli llevaron a Ainhoa a una consulta médica y allí descubrieron que la criatura tenía la bilirrubina alta. ¿Qué pasó? Ainhoa quedó internada y a Ravelli le invadió la angustia lógica de una madre, potenciado aun más en ella al ser primeriza. Lo que iba a ser un chequeo de rutina, terminó transformándose en una inesperada internación y en un cuadro de incertidumbre y tristeza para los flamantes papás.
Después de tres días de angustia por la internación, ayer Ainhoa recibió el alta médico y Sabrina Ravelli dialogó en exclusiva con Pía Shaw para El espectador, el programa diario que conduce en CNN Radio de lunes a viernes de 14 a 16. "Hoy te puedo decir que estoy más feliz que nunca, tengo una alegría inmensa y ahora te puedo decir que estoy ciento por ciento feliz. Ya lo estaba por el nacimiento de mi hija hasta que el Día del Padre estábamos los tres en casa súper tranquilos y llevamos a nuestra beba a su primera consulta con el pediatra en Los Arcos. De golpe la dejaron en neo internada", comenzó relatando la vedette sobre el dramático momento.
"Imaginate que cuando me dijeron que la beba se quedaba internada, yo sentía que me cortaban las piernas y sufrí terriblemente. Tenía la bilirrubina muy alta la gorda y quedó en terapia en la parte de neonatología por casi tres días. Yo iba todo el tiempo a verla, le daba la manito, ¡me partía el alma! Sentía que no respiraba sin ella. Fue realmente terrible. Por suerte hoy le dieron el alta y estamos los tres en casa. Hoy te puedo decir que estoy ciento por ciento feliz otra vez", contó Ravelli.
¿Cómo está hoy Ainhoa? Su mamá lo relató así: "Está impecable por suerte y está todo genial. A mí se me cae la beba con mi hija, obviamente. Está de 10 la gordita ahora pero imaginate que íbamos a la primera consulta re contentos, era justo el Día del Padre, después de ahí la íbamos a llevar a que conociera a sus abuelos de sorpresa pero de repente nos volvimos a casa sin la beba. Fue terrible y muy angustiante". Desesperada por esas horas, Ravelli lo vivió como una drama infernal. "En casa todo tenía su aroma, su cunita, su ropita y no estaba ella. Yo no me quería mover de su lado, no te puedo explicar el dolor que sentí cuando me separaron de mi nenita", contó la morocha a Pía Shaw. Y cerró: "Por suerte ya pasó y estamos los tres en casa juntos y felices. Recuperamos la sonrisa".