Ser la hija de uno de los hombres más conocidos a nivel mundial tiene sus bemoles y Michelle Salas lo sabe. La heredera de Luis Miguel mantuvo siempre un perfil bajísimo y las veces que ha dado notas, lo hizo para hablar pura y exclusivamente de su trabajo. Pero la serie que cuenta la vida de su padre, profundizó en la relación de padre e hija y por ende, todas las miradas se posaron sobre ella.
Al principio, Michelle fue políticamente correcta y opinó con moderación al respecto. Dijo que se trataba 'de una ficción' por lo que ciertos aspectos habían sido inventados o recreados, pero no quiso ahondar. Sin embargo, el final de la segunda temporada no la dejó muy bien parada y eso fue para ella, la gota que rebasó el vaso.
En sus redes sociales, disparó con todo: "Quiero aclarar que yo no permití, en ningún momento, el uso de mi imagen, mi nombre y mi vida personal. Tampoco me consultaron si estaba de acuerdo con que mi vida se convirtiera en una serie de televisión, en uno de los personajes principales de la interpretación ficcional de esta".
"Me parece verdaderamente innecesaria, irrespetuosa y desafortunada la manera en que la producción decide tratar a una mujer, su hija, para terminar este capítulo de su historia. Sexualizándola explícitamente a los 19 años de edad y violentando su intimidad", sentenció.
Furiosa, agregó unas palabras que demuestran lo que verdaderamente piensa y siente por la ficción: "Siempre me he mantenido al margen de escándalos y opiniones aunque se traten de mí, porque a lo largo de mi vida he aprendido que es mejor para mi salud mental y para cuidar a los que me rodean. Desde que tengo uso de razón mi vida ha estado expuesta al ojo público y he vivido rodeada de comentarios, críticas, comparaciones e inventos".
Y remató: "Soy una persona pública, pero antes que nada soy un ser humano y una mujer. Una mujer que muchos pensarán que lo ha tenido todo, pero que pocos conocen de verdad".