Si bien Ginette Reynal se encuentra pasando un muy buen momento personal, producto del disfrute de su nieto y el crecimiento de su familia, recorrió un largo camino de superación que la llevó a este presente. La ex modelo sufrió en enero de 2011 la pérdida de su marido, el polista Miguel Pando, que murió a los 43 a causa de un tumor cerebral. Desde ese entonces, la depresión la llevó a un pozo en el que se hizo adicta a las drogas duras y pudo salir gracias a la ayuda de sus hijos.
“Después de que se murió mi marido fue la patinada final. A mi me agarraron mis hijos y me dijeron mamá basta y me dio mucha vergüenza", comenzó a relatar en diálogo con Gastón Pauls en el programa Seres Libres de Crónica TV. “Yo sentía que la cocaína la podía manejar. Sentí mucha incomodidad física, mucho dolor de nariz y cabeza. Se me cerraron todas las puertas, me quedé sola", recordó.
Lo cierto es que esta situación fue el punto cúlmine de un proceso que comenzó en su adolescencia: “Yo tenía la tendencia a tener la enfermedad de la adicción. La primera vez que me embriague fue a los 15 años y mi primer porro me lo fumé con mis abuelos y mi padre a los 16. Me puse de novia con un chico con quien nos drogamos mucho, teníamos mucha pasión y un día esa pasión se fue a las manos, me encerró y me fajo, esto me hizo pedir ayuda y me di cuenta que el problema no era la agresión en sí misma sino la adicción".