TEATRO

Silvia Kutika y su vuelta al ruedo: "Hacer una obra de suspenso no es nada fácil"

La actriz está próxima a debutar con la obra El cuarto de Verónica, en el Paseo La Plaza, junto a Fernando Lúpiz. Sus sensaciones y por qué apuesta a este género tan poco convencional en el teatro argentino. Su palabra.

Escrito en ESPECTÁCULOS el

Después de una larga espera por las restricciones a la actividad teatral en el marco de la pandemia del coronavirus, Silvia Kutika regresa a las tablas con la pieza El cuarto de Verónica, del autor Ira Levin. "Estrenamos el domingo 25 de julio a las 20 en la sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza y vamos a ir todos los domingos a las 20. Es un gran desafío pasar de La Mueca, que es donde estábamos trabajando antes del segundo corte y que tiene una capacidad de 160 butacas a una que es de 500. Por el protocolo puede ingresar la mitad pero pensar en 250 personas por función hoy es enorme y hermoso", reflexiona la actriz.

"En La Mueca siempre nos recibieron fantástico, es un teatro hermoso y que funcionaba muy bien para la obra porque al ser más chico, la gente se sentía metida adentro del cuarto. Ahora en La Plaza tenemos que trabajar para que el público se sienta de la misma manera a pesar del espacio enorme. Se tienen que meter en ese cuarto misterioso y estamos contentos porque se incorporó Fernando Lúpiz al elenco, en el lugar de Fabio Aste que se fue a Uruguay por otro trabajo y no pudo volver. Ese cambio mueve la obra porque son dos actores muy distintos", continuó Kutika.

Respecto al inminente reestreno de la pieza, comentó: "Estamos muy contentos de poder estrenar después de este parate y ver que de a poco todo se empieza a mover otra vez. Volver al teatro es un esfuerzo enorme y entramos como cooperativa en el Paseo La Plaza, cosa muy extraña. En general eso no sucede y se ve que la obra le gustó mucho a la gente del Paseo y nos están apoyando muchísimo".

La artista, quien está en pareja hace casi 30 años con el también actor Luis Luque, continuó: "Es una obra de misterio y suspenso, que es un género que no se hace habitualmente y es del mismo autor de El bebé de Rosmary. Ese suspenso que le da a sus películas se mantiene y se logra en esta obra de teatro, donde nada es lo que parece. Eso está genial porque hasta el final se sostiene algo y en los últimos 5 minutos el espectador queda en shock porque cambia todo. Me encanta que se mantenga en vilo la atención del público y que haya una sorpresa que los deje boquiabiertos".