La guerra judicial entre Brad Pitt y Angelina Jolie parece no finalizar nunca. Luego de 12 años juntos, en 2016 le pusieron punto final al matrimonio, pero al día de hoy siguen envuelto en un gran litigio.
La última disputa que apareció es un castillo y una bodega que tienen en Francia, en una villa a la que le pusieron como nombre Chateau Miraval. Lo compraron en 2010 con la intención de que tanto ellos como sus hijos puedan vivir lejos del asedio de la prensa y de los fanáticos.
En el medio de la nada, se presentó como el mejor lugar para descansar. Vieron el lugar una vez que fueron como invitados al Festival de Cannes y se enamoraron del lugar. Tras una larga negociación, en su momento pagaron 60 mil dólares por la villa. Hoy, por las ampliaciones, por haber vivido ellos, ese valor se triplicó.
Cuando se divorciaron, acordaron de palabra que eso iba a quedar para sus hijos. Se prometieron no vender ni tampoco habitarla ellos y que dispongan de la propiedad los herederos. Pero a las palabras se las llevó el viento y hoy se habla de la villa como “la manzana de la discordia”.
El castillo cuenta con 35 dormitorios, varios gimnasios, spa, jacuzzi, un estudio de grabación, y otras tantas comodidades. En el exterior tiene piscina, un lago y, la frutilla del postre, un viñedo de 30 hectáreas. Allí se produce el vino rosado más comercializado a nivel mundial.