ENTREVISTA

Kitty Locane: "Me crié adentro de un cementerio, saltando entre las tumbas y soñando con ser actriz"

La protagonista de la obra La chica del sombrero rosa, que se presenta en el Teatro La Casona con un elenco que engalanan María Rosa Fugazot y Zulma Faiad, contó a Pronto cómo es actuar en pandemia y reveló su particular infancia ¡adentro de un cementerio!

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Es la protagonista de La chica del sombrero rosa, la comedia que produce Aldo Funes en el Teatro La Casona (Corrientes 1975) y que tiene un elenco estelar: María Rosa Fugazot, Zulma Faiad, Alberto Martín, Adriana Salgueiro y Matías Santoianni. En la pieza que dirige Roberto Antier y que se presenta de jueves a domingos a las 20, Kitty Locane le da vida a una misteriosa muchacha que llega a la vida de una escritora y su familia para revolucionarla. En diálogo con Pronto, Kitty habló sobre el gran desafío que le representa ser la chica del sombrero rosa y contó cómo vive este presente profesional tan importante. “Al libro ya me lo había mostrado Aldo hace un par de años y me había dicho que lo quería hacer conmigo. Me encantó la idea pero con la pandemia se fue posponiendo, hasta que finalmente pudimos estrenarlo”, cuenta Kitty.

-¿Cómo lo vivís?

-Con mucha alegría. Es maravilloso formar parte de este espectáculo, con semejantes actores. Es una comedia con toques dramáticos y lo bueno es que la obra tiene varios quiebres importantes, que llevan al público a pasar por distintas emociones. Más allá de que mis compañeros son grandes actores, con mucha trayectoria, también son grandes personas y es importantísimo llevarnos bien.

-Con Aldo Funes llevás muchos años ya trabajando.

-Sí: diez temporadas. ¡Un montón! Hicimos de todo: Usted puede ser un asesino, Un pato a la naranja, Casting sábana, Soy tu ángel, Mi mujer se llama Mauricio, Plaza suite e hice temporadas tanto en Buenos Aires como en Mar del Plata y hasta un año nos fuimos a Las Grutas. Le estoy muy agradecida a Aldo porque es un excelente productor y una gran persona.

-¿Cuándo sentiste que querías ser actriz?

-Supongo que de chica pero lo terminé de definir en la adolescencia. Miraba muchas películas con mi papá y como no era una chica súper salidora, mi mejor plan de fin de semana era mirar pelis con mi papá. Quedaba fascinaba y pensaba que podía ser muy divertido ser actor. Veía ese mundo con mucha magia y mirábamos de todo: desde películas de comedia hasta románticas, de terror, de acción.

-¿Tu papá a qué se dedica?

-Ahora está jubilado pero antes era el director del cementerio de Flores y nosotros vivíamos ahí adentro. Me crié entre tumbas porque nuestra casa estaba dentro del predio del cementerio, en un costadito. Para mí era normal eso y desde los 2 años viví en el cementerio. Abría la puerta del patio de mi casa y ya estábamos en el cementerio, entre las tumbas y los nichos.

-¿No te daba miedo?

-No, era lo normal y para mí era un patio grande donde podía jugar. A la muerte no le tenía miedo de chiquita porque no entendía nada pero ahora sí, le tengo miedo y respeto. Estoy tan acostumbrada a esa vida que si hoy miro un cementerio, no siento que ahí esté la muerte, no me pasa por ahí. Sé que ahí entierran los restos de las personas pero no está ahí la muerte. Le tengo mucho respeto a ese lugar y me gusta porque pasé mi vida ahí y me recuerda la infancia.

-¿Tu mamá qué hacía?

-Mi papá trabajaba en el cementerio y mi mamá en un hospital como administrativa. ¡Nada que ver con mi trabajo! Mi hermano es músico de una banda de rock, otro va por el lado del fútbol y mi hermana es diseñadora de moda. Cada uno con su rubro.

-¿Por qué te apodan Kitty?

-Si bien en mi documento me llamo Ana Laura, siempre me dijeron Kitty porque me gustan mucho los gatitos y soy fanática de Hello Kitty. Entonces, en el colegio y donde estudiaba teatro me decían Kitty como apodo. En la mochila y la cartuchera siempre tenía a Hello Kitty, me quedó como apodo y a la productora que me contrató para hacer teatro le gustó como nombre artístico.

-¿Vas a hacer temporada?

-Es la idea. Queremos llevar La chica del sombrero rosa a Mar del Plata y nos sorprendió la respuesta de la gente. No sabíamos que nos iba a ir tan bien porque con todo esto de la pandemia está rarísimo el mundo, el boca a boca nos ayudó muchísimo y estamos súper contentos con los resultados. La idea es llevarla a Mardel en el verano y eso me pone muy contenta.