ENTREVISTA A FONDO

Flor Anca, revelación de Canta conmigo ahora: "Me sorprende cuando me reconocen por la calle"

La actriz y bailarina brilló en musicales como Sugar, La Bella y la Bestia, Aladdín y Los locos Addams, y acaba de terminar con Kinky Boots, junto a Martín Bossi y Fer Dente. Todas las noches da su puntaje en Canta conmigo ahora junto a Tinelli en Eltrece y ya la saludan en la calle

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Su nombre es sinónimo de teatro musical y a lo largo de estos años, Flor Anca (33) se lució sobre las tablas en espectáculos como El joven Frankestein, La Bella y la Bestia, Los locos Addams, Shrek, Sugar y Aladdín, entre otros. Actualmente, acaba de terminar con una exitosa temporada junto a Martín Bossi y Fernando Dente en el Astral con Kinky boots y en televisión es uno de los 100 jurados de Canta conmigo ahora, que conduce Marcelo Tinelli en las noches de Eltrece.

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“Estoy con todo, en un momento de muchísimo trabajo y súper agradecida”, comienza Flor. Y cuenta cómo llegó al ciclo que presenta Tinelli. “Me llamaron directo porque ya había trabajado en el Cantando 2020 junto a Dan Breitman y me ofrecieron directo este trabajo. Re bien porque pude compatibilizar todos mis horarios y hacer todo”, reconoce.

Flor Anca

-¿Cómo te organizás los horarios?

-Creeme que se puede: tengo los lunes y martes las grabaciones del Canta conmigo ahora y luego de miércoles a domingos voy al teatro. Lo más duro fueron las vacaciones de invierno porque tenía todos los días Shrek y Kinky boots y no sé cómo sobreviví pero lo hice. En Kinky boots hice de Nicola, la novia de Fer Dente. La propuesta me llegó hace dos años, hice la audición, quedé y todo re bien. La hicimos antes de la pandemia, luego paramos y retomamos cuando se habilitaron de nuevo las salas. Nada que ver lo que era el espectáculo hace dos años con lo que creció después.

-¿De dónde sos?

-Nací en William Morris, en zona oeste, cerca de Hurlingham. Arranqué a bailar a los 12 años porque quería aprender árabe. Estaba obsesionada con Shakira y le decía a mi mamá que quería bailar como ella. Entré a clases de árabe, me fui copando y me fui anotando en otros ritmos: clásico, español, contemporáneo. Así empecé a bailar.

-¿Tus papás qué hacían?

-Mi papá, Jorge, comerciante y mi mamá, María, ama de casa así que todo muy tranquilo, de barrio. Tengo un hermano, Gabriel, diez años más grande y con mi papá hacen juntos un programa de radio. Tienen una radio en Morris y se dedican a eso desde hace algunos años. Se llama Radio Clasic y están enchufadísimos con su proyecto.

Flor Anca

-¿Sos algo de Nany Anka?

-Sí, soy la sobrina. Ella es la prima de papá, o sea que es mi tía segunda. Con Nancy tenemos vínculo, es mi tía y aunque no nos vemos tan seguido, la quiero mucho. Como todos estamos re trabajando, nos cuesta coincidir. Y Paul Anka también es el primo de mi abuelo pero todo muy lejano.

-¿Por qué ellos son Anka con K y vos con C?

-Porque los que se anotaron en Canadá fueron con la K que es la letra original, es el verdadero apellido pero acá nos anotaron con C. Es el mismo apellido y somos familiares. Con la parte de Paul Anka jamás charlé con nadie de la familia de allá así que no los conozco. Somos familiares lejanos porque es el primo de mi abuelo pero nunca tuvimos contacto.

-¿El vino a la Argentina y no se vieron?

-Sé que Paul vino a la Argentina hace muchísimos años, cuando Nancy estaba a full en el mejor momento de su carrera y súper famosa pero no sé qué pasó ahí y si hubo onda. Con la familia en general nunca tuvo contacto. Ufa, Paul, ¡copate!

Flor Anca

-¿Tu familia te apoyó en tu carrera de bailarina?

-Sí, siempre. Mi mamá me llevaba a todos lados a tomar clases de baile y ahí de chica empecé con las publicidades. Mi mamá me llevaba pero todo era a nivel local, en Palomar y un día mi papá me dijo: “Si querés que te vaya mejor, tenés que ir adonde está la gente que se dedica a esto”. A mí eso me dio un poco de miedo pero reaccioné cuando me dijo una frase muy fuerte: “¿Vos querés jugar en Boca o en Chacarita?”. Le respondí que en Boca y ahí empecé a estudiar con los bailarines más profesionales: Soledad Bayona y gente de la danza más vinculada.

-¿Te mudaste a Capital?

-No, recién a los 19. De los 15 a los 19 estuve tomando clases y bailando fuerte en mi zona, metida con compañías de danza contemporánea con las que salíamos de gira y recién a los 18 empecé a cantar. Ahí entré a mi primer musical que fue El burdel de París, con Flavia Pereda y Patricio Arellano en el Premier.

-¿Ahí cobraste tu primer sueldo?

-No, antes porque con la danza ya cobraba mi platita y lo mismo con las publicidades. Era plata mínima pero algo ganaba. Mi primer sueldo importante fue cuando trabajé con Aníbal Pachano un año después en el espectáculo Varieté para María Elena y ahí cambió un poco mi vida. “Ahora es momento de irme a vivir sola”, dije porque ya no podía volverme en tren a Morris tan tarde después de la función.

-¿Tenés vínculo con Pachano?

-Sí, lo amo. Pachano es mi padrino artístico porque me descubrió a los 12 años en esta escuela de Palomar a la que iba. Resulta que en la primera muestra que hacía, a mitad de año, él fue a ver a una nena que era cercana a su familia, me vio y me llevó a bailar en un desfile. Ahí conocí a la que fue después mi maestra, Margarita Fernández, con quien comencé a tomar clases en Capital. Fue todo medio de casualidad y trabajé con él en Varieté para María Elena y me mudé a Capital.

Flor Anca

-De ahí en adelante, casi toda tu carrera fue sobre las tablas.

-Sí, a full: teatro por un lado y danza contemporánea por el otro. En teatro hice musicales como El joven Frankestein, La Bella y la Bestia, Los locos Addams, Shrek, Sugar con Griselda Siciliani, Alddín, muchos infantiles. En Shrek, por ejemplo, soy la galletita de jengibre. ¡Es muy tierno! Amo hacer ese personaje. Es muy gracioso todo y amo las escenas que me tocan hacer. Aparte bailo y me siento plena con Shrek. La idea es seguir hasta mediados de septiembre.

-¿Estás en pareja?

-No, no, ¡no estaría llegando con los tiempos! Tengo tanto trabajo que no tengo ni pareja ni amigos ni nada: a todo el mundo le pedí que me aguante un tiempo y después tomamos café. Está imposible pero yo súper agradecida por esta racha de laburo. Hay momentos que son más tranquilos y no sabés cómo llegar a fin de mes y otros momentos donde te cae todo junto y no parás de agradecer. Todo sale de la fuerza del agradecimiento y esperemos que todo siga fluyendo hermoso.

-¿Tinelli interactúa con ustedes cuando graban el programa?

-Sí, re. Trata de hacer que todos hablemos y nos participa a todos. Obviamente que están las estrellas del programa, que son los cantantes más famosos y después él siempre nos hace hablar a todos. Lo bueno es que estamos atentos y participamos, no es que vamos al pepe.

-¿Con el Puma Rodríguez y Cristian Castro se cruzan?

-Poquito. Son estrellas, tienen sus camarines y yo aparte soy cero cholula. No es que voy a ir a joder a nadie. Soy medio rara en eso y ellos están medio aparte del resto. No charlé con Cristian aun pero sí abracé a L-Gante, que lo amo. Es buena onda y me encanta todo lo que dice en el programa. Lo escucho y lo aplaudo porque es sincero y parece buena persona. ¡Me encanta L-Gante!

Flor Anca

-Estuviste en el Cantando con Dan Breitman. ¿Son amigos?

-Sí, somos tipo hermanos. Compartimos el Cantando 2020 en plena pandemia y era la única persona a la que veía todos los días, aparte de nuestro coach. En su momento, Dan se peleó con Aníbal Pachano, a quien adoro, pero no me metí ahí porque era un tema de ellos. No podía hacer nada, cada uno con su vida. De hecho, soy re amiga de Sofi Pachano de toda la vida porque éramos compañeras de danza.

-¿Te reconocen por la calle?

-Algo, sí, y me da un poquito de vergüenza. Soy del palo del teatro, no soy una chica de televisión y lo único que hice hasta ahora en la pantalla fue el Cantando 2020 y el Canta conmigo ahora. Cuando alguien me saluda en el subte me da risa y pienso: “Mirá qué loco”. Me sorprende que la gente se acuerde y me da como ternura. “Gracias, señor”, respondo con una sonrisa. Ayer una mujer me pidió una foto en la calle y otra se quedó mirando y yo pensaba por dentro: “Pobre señora, debe estar pensando quién carajo soy”. Me dio un poco de risa.

-En el Cantando piropeaste a Karina La Princesita.

-Sí, elogié su sonrisa. Me gustaba Karina pero no pasó nada. No me dio pie para que avance, aunque siempre fue re buena onda y hasta nos seguimos en Instagram. A mí me gustan las chicas de siempre y siempre lo tuve en claro. Desde los 9 años lo supe.

-¿Qué pasó a los 9 años?

-Estaba viendo una revista, recuerdo que me quedé 10 minutos mirando una foto de Araceli González y pensando qué hermosa mujer. “¿Qué carajo me pasa con esto?”, pensé. “¿Querés ser como ella o te gusta?”, me planteé. Y claramente fue que me gustaba pero como era una niña y no me daba el cerebro para resolverlo, esperé a crecer y tener 17 años. Ya lo tenía re en claro y en la adolescencia no era común ser lesbiana, sobre todo en el barrio. Entonces lo callé.

-¿Tu familia te apoyó?

-Sí. En realidad, nunca expliqué nada en mi casa. Recién cuando tuve novia, a los 23 años, ya vivía sola y ahí un día mi mamá me preguntó: “¿Vos no serás lesbiana?”. Le respondí que sí y ella empezó a preocuparse. “Ay, Dios mío, esa enfermedad, no sé qué”. Pero ya al otro día me trató como siempre, me preguntó cómo me sentía y estuvo todo bien.

-¿O sea que le costó aceptarlo?

-Media hora. Le habrá costado esa noche, habrá llorado y al día siguiente me amó como siempre. Entendí que estaba todo bien y nunca hubo rollo con el tema. En el caso de mi papá, cuando se lo conté se largó a llorar de felicidad. “Qué bueno que seas feliz, yo pensé que no estabas con nadie y estabas todo el día bailando”, me dijo. Re bien. Siempre sentí el apoyo de mi familia y jamás me prohibieron hacer nada. Mucho apoyo y amor de ellos en todo lo que hago.

-¿Con quién vivís?

-Hace tres meses nos mudamos juntos con mi mejor amigo, que es el bailarín Nicolás Villalba. Es mi amigo dancer, el número uno. Siempre viví sola y es la primera vez que convivo. Estamos re felices, nos llevamos bárbaro y lo quiero con todo mi corazón. Su último Bailando fue con Débora Plager. Los dos estamos con trabajo y tan felices que por momentos nos largamos a llorar y no podemos creer las cosas lindas que nos pasan.

-¿Se organizan bien con los quehaceres domésticos?

-Sí, re. Somos los dos bastante prolijos, pagamos los impuestos a tiempo, no nos colgamos con las cosas de la casa y fluye. Claro que ninguna convivencia es fácil pero los dos lo damos todo para conseguir trabajo y estar bien.

-¿Con qué soñás?

-A nivel profesional, me gustaría protagonizar musicales. Soy rara para hablar de mis sueños y en vez de contarlos, prefiero escribirlos. Cuando uno lo plasma en un papel, tiene otro valor. Pero sí te puedo decir que ansío protagonizar musicales. Amo esta carrera, me sale naturalmente pero no es que tengo un musical preferido y ni siquiera viajé a Broadway. No es que de chica veía musicales y anhelaba esto: cantaba, bailaba y actuaba en mi casa pero de manera orgánica y natural, no proyectando nada concreto. A Broadway nunca fui porque soy una chica laburante de Morris y no tuve las posibilidades, pero sigo remando y algún día seguramente conoceré la cuna de los musicales.

Nicolás Peralta

Fotos: Gentileza agencia AB y Flor Anca