Su nombre es sinónimo de risas y buena onda. Verborrágico y divertido, el Mago Black construyó una sólida carrera en base a sus ocurrencias y desparpajo. Desde hace 20 años, cuando saltó a la popularidad con Marcelo Tinelli y luego se afianzó al lado de Susana Giménez, el Mago entretiene y divierte a los argentinos.
Pero detrás de su alegría se esconde una dura historia de vida, que él se atrevió a contar en detalle por primera vez. En diálogo con Pronto, Black reveló: "Me remonta a mi historia personal, que poca gente conoce. Yo dormía en locutorios de noche y me bañaba en una estación de servicio Shell hace 20 años, antes de entrar a trabajar con Susana Giménez y que me cambiara la vida. Hice de todo y en la calle no era el Mago Black sino Alejandro. Compré medias, toallas y me puse a vender por la calle allá por 2001, con el país en llamas. En esa época me separé de mi mujer por una macana que me mandé yo y ella me echó de casa".
-¿Tan fuerte fue la macana?
-Sí. Nos amábamos pero me equivoqué yo y tuve que pagar por eso. Como tenía a mi familia en Mar del Plata, donde viven mi viejita y mis hermanas, no quería hacerles mala sangre y me fui al Once, compré toallas y medias y me puse a trabajar en la calle. Dormía en un locutorio de la calle Corrientes y dormía sentadito. Me bañaba en la Shell y eso fue así durante cinco o seis meses. Vendía ambulante hasta que un día entré en una casa de magia y leí una caja que decía Copperfield. No sabía quién era, compré artículos de magia con la idea de venderlos en la calle y una tarde el señor de la casa de magia me dijo: “Vos tenés que hacerte un curso de magia”.
-¿Qué le respondiste?
-Que no tenía plata ni para dormir así que mucho menos podía pagar un curso de magia. “Yo te lo pago”, me dijo el señor. Me lo pagó en el Instituto Nacional de Magia que es el más grande del país, era por tres años y al finalizar el primero, pensé: “Acá más que esto no me pueden enseñar”.
-¿Y qué hiciste?
-Me fui, me compré una camisa y un pantalón negro, me fui a Recoleta frente al cementerio y entré a una pizzería a hacer magia. Estaba sentado justo un tal Chato Prada, me dio su tarjeta y me comentó que había un casting para Manicomic 2002. “Estoy vendiendo cosas por la calle”, le comenté pero así y todo fui al viejo Canal 11, me presenté y en esa época tenía el pelo largo, estaba flaco y pesaba 20 kilos menos. Gané el Manicomic, me fui con Yayo a hacer teatro a Mar del Plata y nunca más paré.
La entrevista completa con el Mago Black está en la edición digital de noviembre de revista Pronto y se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link