No tenía pensado volver a trabajar en teatro pero le llegó una propuesta a la que no le pudo decir que no. Marta González (77) es la protagonista de Madre hay una sola, junto Lorena Paola, en el complejo Multiescena, ubicado en Corrientes casi esquina Callao. Debutaron el 4 de noviembre pasado y la actriz tuvo muy poco tiempo para ensayar puesto que regresó 10 días antes del estreno de un viaje espectacular por Europa y Africa con su hija María Mercedes y su hermana María Esther. “El viaje no nos pudo haber salido mejor y se los voy a contar así se mueren de envidia”, lanzó entre risas la querida actriz.
-¿Por dónde estuvieron?
-Anduvimos por todos lados. Salimos el 28 de septiembre y llegamos a Nueva York, donde almorzamos, volvimos al aeropuerto y volamos a Madrid. Estuvimos tres días allí y luego nos fuimos a Tarragona, luego tomamos un crucero que nos llevó a Siracusa, al sur de Italia, y de ahí partimos con destino a las islas griegas.
-¿Qué visitaron en Grecia?
-Santorini, Creta, Mykonos y D´Aquino. Luego fuimos a Efeso, donde estuvimos en la casa de la Virgen. Dicen que allí pasó sus últimos días la Virgen María y fue una emoción muy grande. Realmente fue un viaje soñado y un sueño cumplido haberlo podido vivir. Fue una invitación que me hizo mi hija, que este año estuvo muy mal de salud y en pleno tratamiento me dijo: “Mami, con Lito, mi marido, pensamos en invitarte a que hagamos un viaje las dos juntas”. Después, a Dios gracias, se agregó mi hermana María Esther, que es la más chica de todos los hermanos. Y nos fuimos las tres.
-¿Un viaje muy soñado?
-Más de lo que te imaginás. Además, antes de venir a Marruecos, conocimos la costa del sol, en España y me fascinó. Ah, porque el itinerario siguió así: después de las islas griegas, fuimos a la costa del sol que tiene a Marbella y Málaga. Y luego fuimos al peñón de Gibraltar. Todo fue como una película y por supuesto que fui a Casablanca, que se inmortalizó con la película pero me enteré que no se filmó allí sino en Hollywood. Igualmente me saqué la foto en la puerta del bar donde supuestamente se encontraban Ingmar Bergman y Audrey Bogart, en Marruecos.
-¿Te gustó Marruecos?
-¡Me maravilló! Anduvimos por todos lados: Rabat, Arafes, Fez, que es el pueblo más antiguo de Marruecos y luego Marrakech. Después nos tomamos un vuelo a Madrid, donde pasamos un día y regresamos a Buenos Aires. No bien aterricé, me puse a full con la obra junto a Lorena Paola.
-¿Cuál fue el lugar que más te sorprendió?
-De las islas griegas, obviamente que me encantó Santorini y después me volví loca con la costa del sol. Málaga es hermosísima. Ni soñaba con conocer, no lo tenía en los planes y me maravilló. Fue un regalito hermoso que me hizo Dios el hecho de poder compartir este viaje con mi hija y mi hermana.
-¿Cómo resultó la convivencia?
-Por supuesto que nos peleamos como todas mujeres que se aman y nos peleamos por dos minutos o porque alguna tardaba más en el baño. Esas boludeces pero estábamos felices de estar juntas y vivas, básicamente. El trasfondo del viaje fue ese: festejar la vida. Tuvo que ver con la salud y con etapas superadas. Sabés que cuando uno está enfermo de cáncer, siempre está con la espada de Damocles encima. Pero creo que estamos superando cada día más y agradecemos cada nuevo amanecer.
-¿Así lo vivís?
-Sin duda. Uno no sabe si mañana se va a despertar y yo agradezco cada día. Hace poquito mi hijo Leandro hubiese cumplido 51 años y cuando se fue, estaba re sano. Era re joven y uno nunca sabe, por eso hay que vivir bien cada minuto de la vida, con alegría, agradeciendo estar despiertos. No es una postura: lo primero que me acuerdo cuando me despierto es de agradecer. Digo: “Gracias Señor porque me desperté este día y te pido ayuda para poder pasarlo. Nada más”. Y a la noche, cuando me voy a dormir, digo las mismas palabras: “Gracias Señor por este día que fue y por todo lo que conocí, gracias por estar con mi hija y mi hermana, por tener la familia y los amigos que tengo. Gracias por todo, por el trabajo”.
-Sos un ejemplo, Marta.
-No, querido, no soy ejemplo de nada. Yo lo único que soy es una enamorada del trabajo y por eso estoy tan fascinada con esta obra que estamos haciendo. Te juro que ya creía que no iba a trabajar más en teatro. No sé, ya soy grande y el 28 de noviembre cumpliré 78 años. ¡Ya soy una señora grande!
-¿Cómo te llevás con tu edad?
-Muy bien y no sabés lo que me han hecho caminar en el viaje mi hija y mi hermana. He caminado entre cinco y siete kilómetros por día. “Hija, me trajiste para matarme, ¡decime la verdad!”, le decía a María Mercedes. Y te quiero contar que estoy feliz con Madre hay una sola, que es una obra de Sergio Rodolao y con dirección de Hernán Bonsergent, además de Lorenita Paola que hace de mi hija. Debutamos el 4 de noviembre y estamos chochos.
-¿De qué va la obra?
-Es tan maravillosa. Mi hermana me hacía pasar la letra en el viaje y se mataba de la risa. Es muy loca la historia. Hago de una viuda y aparece su hija, que vive hace diez años en España y ahí se desata una serie de situaciones muy graciosas. Sergio Rodolao es genial, todo el equipo en sí y Lorena es muy copada. Yo hago de una viuda muy loca ¡y qué suerte que madre hay una sola porque dos sería demasiado!
-¿Ya habías trabajado con Lorena?
-No, para nada y me sorprende porque somos muy iguales en la forma de trabajar. Las dos somos del mismo signo: Sagitario, por ende las dos somos ansiosas, nerviosas y nos interesa la astrología. Ella es una apasionada de la gimnasia pero yo no, ¡en la reverenda vida hice deportes!
-¿Tu hija ya está recuperada de salud?
-La primera etapa, sí. Le dieron el alta y ya está. Obviamente se tiene que hacer los análisis cada seis meses; lo que tenemos todos los enfermos oncológicos. Yo sigo tomando remedio hasta los 85 años, si es que vivo. Las dos estamos con muchas ganas de vivir, de lucharla y de seguir en este mundo. Por más que uno proteste, este mundo es maravilloso.
-¿Y con tu hermana cómo es el vínculo?
-Divino. Somos amigas. Mi hermana es la menor de los cinco, es acompañante espiritual e imaginate el grado de elevación de su espíritu. Es un ser muy especial mi hermana y la amo profundamente, como al resto de mis hermanos también. Tengo debilidad por mis hermanos, mis sobrinos y ni que hablar por mis nietos. Eso ya es superlativo. Victoria vive conmigo, Valentina es una divina y ahora está jugando al fútbol en Colegiales, ¿podés creer? Y Juan Pablo, el regio, está de viaje por Europa. Después se va con su padre a ver el Mundial a Qatar.
-¿Por dónde anda?
-Paseó por Portugal, España, pasó por Málaga y luego Marruecos. No nos encontramos porque cuando él llegó a Europa, nosotras justo nos volvíamos. Juan Pablo fue a ver las ciudades imperiales: Viena, el Palacio de Sissí emperatriz. Tiene 22 años, labura en teatro y fue el productor ejecutivo de Desnudos, con Gonzalo Heredia y elenco. El trabaja y junta plata para viajar. Es el dinero mejor invertido porque a los viajes te los llevás en el alma, en los ojos y el corazón para siempre.
-¿Qué otro viaje te gustaría hacer?
-A Dios gracias conocí muchísimo, así que no tengo mayores pretensiones. En este último viaje hemos conocido tanto que necesito descansar mi mente para desarrollar todo lo que hemos vivido. Es todo tanto y tan lindo, que no paro de agradecer. Estuve de emoción en emoción. No te olvides que venimos muy golpeados por la pandemia y eso fue así en el mundo, no solo para los argentinos.
-¿Hiciste nuevos amigos?
-Sí. Atenas me encantó y lo que viví allí fue maravilloso. Gracias a Fede Bal, conocí a una chica encantadora, argentina ella que vive en Grecia. Se llama María Laura y vive hace 15 años en las islas griegas. Viaja constantemente y es un ser maravilloso. Fede me contactó porque tuve un problema odontológico y ella me lo solucionó. Me orientó, me llevó al dentista y hablaba con el odontólogo porque yo en griego no sé ni decir sí. Llegué espléndida para debutar en el teatro.
-¿Y estás contenta?
-Contenta y agradecida con Madre hay una sola. Estamos desde el 4 de noviembre en el Multiescena. Se van a ver representados y hay un pliegue fabuloso de todas las especies humanas. Van a venir a divertirse porque la van a pasar muy bien. Estamos todos los viernes y sábados y luego nos iremos unos días al Uruguay también. Así que termino el año andando, lo cual no es poco.
Por Nicolás Peralta
Fotos: Album personal de Marta González y gentileza Noelia Cardaci