Llegó el gran día en el que Florencia Peña y Ramiro Ponce de León pasaron por el altar para gritar el clásico “sí, quiero”. Si bien fue una manera de coronar estos 9 años de amor, ambos coincidieron en que querían hacer una fiesta, fue más por eso, para reunir a la familia y los amigos.
Vale remarcar que habrá dos fiestas. La primera se está llevando adelante en este momento en Salta, más precisamente en Tolombón, al sur de Cafayate. Todo comenzó alrededor de las 19, cuando ella llegó en un Ford Mustang clásico, descapotable, modelo 64. En ese vehículo llegó acompañada de sus tres hijos: Tomás y Juan (de su relación con Mariano Otero) y Felipe, que tuvo con Ponce de León.
Una de las particularidades es que tanto Ramiro, como los tres menores, se vistieron iguales. Los cuatro de traje y del mismo color. En cuanto a la novia, eligió un vestido de la diseñadora Camila Romano. Entre ambas definieron algo campestre, acorde al lugar, ya que el casamiento fue al aire libre. Para hablar con precisión, un estilo bohemio, corte sirena, con espalda descubierta, color nude.
La otra novedad es que prácticamente no hubo famosos. Fue algo muy chiquito, de tan sólo poco más de 100 personas, con mucha familia y amigos. Del ambiente artístico tan solo Georgina Barbarossa, Nancy Pazos, Julieta Novarro, Dan Breitman y Claudia Villafañe que, además, fue la wedding planner, y no mucho más. El ambientador fue Ramiro Arzuaga. El mundo artístico estará en la otra, la que se va a realizar el 2 de diciembre en Buenos Aires.
En cuanto a la ceremonia, el toque místico fue cuando cayeron algunas gotas. No fue una lluvia fuerte, simplemente un poco de agua, lo que suele tomarse como la bendición. Ya una vez adentro, hubo las lágrimas de emoción y carcajadas por el humor que no faltó, fiel al estilo de Peña.
El otro dato es que no estaba permitido ingresar con celular. Hubo una caja en la entrada en la que cada uno debía dejar el suyo. Sin embargo, Pazos, que llegó un ratito antes, ingresó el suyo. Fue el único teléfono que generó registros por fuera de lo que fue lo oficial.
LA FIESTA
Ya como marido y mujer, todos disfrutaran de una rica comida y no faltó el vino salteño de la región que eligieron para el casamiento. Lo que comieron fue todo de la región, muchos platos tucumanos y salteños. Empanadas de distintos sabores, cazuelas, asado, picaña con una salcita criolla, entre otros platos. Había personas encargadas que iban pasando por las mesas y convidando. Todo esto fue al aire libre, desafiando las inclemencias del tiempo, que por suerte los acompañó más allá de esa tenue llovizna de apenas unos minutos.
Por supuesto, habrá música, un gran cotillón que fue el pedido exclusivo que hizo la actriz. Todos tendrán la tranquilidad de no preocuparse por la cantidad de copas que tomen. Ramiro se encargó de eso. Alquiló las 20 habitaciones del hotel del lugar para que la mayoría se quede ahí. Los que no entraron, tendrán una combi disponible que los trasladará a Cafayate al final de la fiesta.
Todo esto no finalizará acá, ya que mañana al mediodía habrá un asado para todos. Sin ir más lejos, las habitaciones, el flamante marido de Flor las reservó hasta el martes, por lo que aquel que quiera y pueda se podrá quedar sin problemas.