Alejandro Paker trabaja desde hace años en teatro y, en especial, luciéndose en los musicales. Pese a que hoy tiene un rol indiscutido como jurado de Canta Conmigo Ahora, su historia de vida no es tan conocida. Hace unos días, a corazón abierto, habló sobre su pasado y contó cómo fue la búsqueda de su identidad, cuando a los 30 años encontró a su madre biológica.
"Soy adoptado y la historia de mi origen es tan singular que mi amigo Marcelo Camaño, autor de Vidas robadas, Montecristo, Televisión x la identidad, me decía: 'Por favor, prestáme tu historia porque esto supera cualquier ficción'", recordó el actor.
Fue entonces, hace 21 años, el 16 de septiembre de 2001, cuando estaba cumpliendo su tercera década y dijo "ahora quiero saber". Y se puso a buscar datos sobre su pasado. La duda intensa surgió en esa instancia, cuando tenía otra madurez y responsabilidad en los hombros.
"Creo que la búsqueda tuvo que ver con una crisis que tuve. Pero crisis en el buen sentido. Para mí, crisis es el momento donde todo lo pongo en duda. Y todo lo que sucedió hasta ahí lo puse en duda. Lo repregunté entera y absolutamente todo. Y sobre todo lo que tiene que ver con mi identidad. Hay algo que mi cuerpo sintió. Yo siempre las manifestaciones las tengo en el cuerpo. Ya sea una sensación agradable, o todo lo contrario: quedarme sin voz, que se me despierte una gastritis", explicó el hombre de 51 años.
"No tengo registro de qué me pasó físicamente en ese momento, pero recuerdo que dejé de hablar con mi mamá adoptiva porque hubo muchos replanteos en un comienzo de cosas que no tenían que ver exclusivamente con la adopción. Incluso en ese momento tenía una pareja de muchos años y me separé. Fue un momento bisagra donde di un volantazo y me dije que por acá no quiero más. Es otro lugar, es otra dirección y en esa nueva dirección también me estaba haciendo cargo de la búsqueda de mi identidad. Esa identidad que postergué durante 30 años", reveló el artista.
"Existía la posibilidad de que mis viejos estuvieran muertos, de que no estén en el país… habían tantas opciones que podían suceder. Sin embargo, mi mamá biológica estaba y está viva", contó en el suplemento Soy de Página 12.
Reconociendo que hay personas que buscan su identidad durante años, Alejandro Paker contó que solo le bastaron diez días para encontrar lo que quería. "Fue muy extraño. En el juzgado me dieron 15 libros de enorme tamaño y me senté a buscar un número que tenía que ser correlativo con mi número de adopción. Empecé a hojear los legajos como si fuera una revista que mirás en la peluquería, pensando que esa búsqueda era imposible, que no iba a encontrar nada, poniendo en duda lo que estaba haciendo. Y, de repente, encuentro mi número", relató.
"En el juzgado me recomiendan llamar al archivo, voy a un teléfono público, pongo la moneda y llamo. Una señora atiende y me dice que vaya hasta el lugar. El mismo día voy al archivo, me encuentro con la señora, y le cuento mi historia. A los veinte minutos me trae un socotroco y me dijo: ‘¿Vos sabés que esto lo tenés que leer como una historia sin juicio, no?’ Era el último día de trabajo de esa señora porque se estaba jubilando. Al otro día fui a buscar la copia de todo y me lo había dejado con una nota y un moño. Fue maravilloso. Y a partir de ahí empecé a marcar nombres, DNI, fechas, direcciones, teléfonos de los años 70. Primero encontré una tía, después una hermana, y por ella llegué a mi mamá", recordó sobre su trabajo de investigación.
En la previa de conocer a su madre, contó que tenía varias expectativas: "Primero de verme parecido físicamente. Esa necesidad les pasa a muchos chicos adoptados. Y cuando vi a mi mamá descubrí que no nos parecemos nada físicamente. Muy curioso. Mi mamá es morocha de pelo negro, largo hasta la rodilla, un pelo pesado y bien lacio. Muy árabe, con unos ojazos rasgados. Sin embargo, mi mamá adoptiva y yo somos muy parecidos físicamente. La piel, las ojeras, tantas cosas. La identidad también se construye, sobre todo porque copiamos lo que tenemos cerca. Fue emocionante el contacto".
Para finalizar sobre el tema, explicó cómo fue su relación desde el día uno. "Mi mamá biológica era una desconocida, no había vínculo construido. Yo esperaba el encuentro de novela, pero fue demasiado real. No pudimos profundizar el vínculo", se sinceró Paker, pese a la alegría de conocer a su mamá biológica.