No fue un año sencillo para Marcelo Tinelli por distintas cuestiones. Por un lado, la separación de Guillermina Valdés, en mayo. Si bien fue en buenos términos, no deja de ser un distanciamiento de la madre de su hijo Lorenzo. Por otro, el laboral. El conductor, que supo apabullar a quién se le ponía enfrente, hoy es uno más en la pantalla chica y seguramente le costará asimilarlo.
Por eso, que mejor que el Mundial de Qatar para despejar la cabeza y disfrutar. Se fue con su hijo Lolo y con su primo El Tirri. También con otros amigos, como Chato Prada, Fede Hoppe, Lautaro Mauro y Hernán De Laurente. Pero con su familia está conviviendo en el mismo departamento y con su primo no le está siendo nada fácil.
“Qué desastre la convivencia con El Tirri. Es muy poco eficiente. Volaron huevos, se tapó la cañería”, comentó en sus historias de Instagram. Por un lado, el ex Fabulosos Cadillacs se defendió: “Alguien los dejó acá, abrí la puerta se me vinieron, se cayeron solos”. “Eran los seis huevos que teníamos para hoy”, le reprochó Marcelo.
Lejos de terminar ahí, en un momento se acercó a la pileta de la cocina y la encontró tapada por encima vez. No es la primera vez que les pasa en este viaje y siempre por culpa de Luciano. “Uh, y también tapaste… ¡No tirés más la yerba acá!”, lo retó. “Ahora voy a llamar a los filipinos, ellos arreglan todo”, le respondió, haciendo referencia a la personas que trabajan en ese complejo, de los que ya se hizo amigo de tantas veces que los llamó.
Más allá de todo, las muestras de cariño son permanentes entre ellos. Están llevando adelante excursiones y disfrutaron de manera eufórica el triunfo contra México, pasó lo mismo contra Polonia, y allí Marce le dedicó un emotivo mensaje: “Te amo tanto mi hermano del alma Luciano. Siempre juntos”.